¿Qué pasa si no llevo rueda de repuesto?

Llevar una rueda de repuesto en nuestro vehículo no solo es una medida de seguridad esencial, sino también una exigencia regulada por la ley en muchos países, incluyendo España. Aunque la normativa ha evolucionado con el tiempo, permitiendo alternativas como los kits de reparación de pinchazos, es fundamental comprender las implicaciones de no contar con una rueda de repuesto. Estos son los riesgos y las posibles sanciones a las que nos enfrentamos si no llevamos una rueda de repuesto en nuestro coche.

¿Es obligatorio llevar una rueda de repuesto?

La normativa española establece que todos los vehículos deben estar equipados con una rueda de repuesto o un sistema alternativo que garantice la movilidad en caso de un pinchazo. Según el artículo 12 del Reglamento General de Vehículos, es obligatorio contar con "una rueda completa de repuesto o una rueda de uso temporal, con las herramientas necesarias para el cambio de ruedas, o un sistema alternativo al cambio de las mismas que ofrezca suficientes garantías para la movilidad del vehículo".

Multas y sanciones por no llevar una rueda de repuesto

No llevar una rueda de repuesto, ni un sistema alternativo adecuado, puede resultar en una multa de hasta 200 euros. Esta sanción se debe a que no disponer de medios para resolver un pinchazo puede causar peligros y retrasos significativos en la vía pública, afectando no solo al conductor, sino también al resto de los usuarios de la carretera.

Además, en algunas circunstancias, la falta de una rueda de repuesto o de un kit de reparación podría incluso llevar a la inmovilización del vehículo hasta que se subsane el problema. Esto conlleva no solo una multa económica, sino también potenciales molestias y contratiempos adicionales, además gastos extra en grúas y servicios de emergencia.

Además de las sanciones económicas, la falta de una rueda de repuesto puede generar serias complicaciones en caso de sufrir un pinchazo. Si nos encontramos en una zona remota o en condiciones meteorológicas adversas, la falta de una rueda de repuesto puede convertir una situación complicada, pero solucionable, en una emergencia peligrosa. La posibilidad de quedar varado sin asistencia adecuada puede ser un quebradero de cabeza y un riesgo innecesario para nuestra seguridad y la de otros usuarios de la vía.

Alternativas a la rueda de repuesto

Debido a la evolución tecnológica y las necesidades de espacio y eficiencia de los vehículos modernos, muchas marcas han optado por ofrecer alternativas a la tradicional rueda de repuesto, y están contempladas y permitidas en la normativa. Entre estas opciones se incluyen:

  • Kits de reparación: Incluyen un sellador y un compresor de aire para reparar temporalmente un pinchazo pequeño, pero no se trata de una solución definitiva. Se trata de un sistema económico, pero con limitaciones en muchos sentidos, como por ejemplo en el tamaño del pinchazo que puede parchear.
  • Ruedas de emergencia: Más pequeñas que las ruedas normales y con limitaciones de velocidad a 80 Km/h y de distancia que pueden llegar a recorrer, son una opción intermedia incluso en coste, y además ahorra espacio y peso respecto a una rueda de repuesto normal.
  • Neumáticos runflat: Son neumáticos especiales que permiten seguir conduciendo a una velocidad máxima de 80 Km/h y durante 80 kilómetros después de haber sufrido un pinchazo. Eso sí, este tipo de ruedas son generalmente más caras que las 'normales'.

Es fundamental revisar periódicamente el estado de la rueda de repuesto o del sistema alternativo que se tenga. Esto incluye verificar la presión del neumático, asegurarse de que las herramientas necesarias estén presentes y en buen estado, y comprobar la fecha de caducidad y el estado de los componentes de los kits de reparación en caso de tenerlo. La falta de mantenimiento puede reducir la efectividad de estos sistemas y exponernos a las consabidas sanciones, amén de riesgos adicionales.