Los restos de Manuela Chavero, la mujer asesinada hace ocho años en Monesterio (Badajoz) a manos de su vecino y cuyo cuerpo fue hallado hace cuatro años en una finca de éste, recibirán sepultura el próximo sábado, día 15, en el cementerio de la localidad pacense tras una misa funeral y un acto en su memoria.
La hermana de la fallecida, Emilia Chavero, lo da así a conocer este sábado en redes sociales en un escrito en el que comunica que, "después de este largo proceso de dolor y sufrimiento, ha llegado el momento de darle santa sepultura a Manuela" y anuncia que será el próximo sábado, 15 de junio.
Explica que habrá un acto a las 18:00 horas en la plaza del pueblo, la misma que tantas concentraciones acogió para reclamar que se conociera el paradero de esta mujer que desapareció en la noche del 5 de julio de 2016.
Emilia Chavero no explica en que consistirá este acto, pero especifica que la alcaldesa de la localidad, Loli Vargas, "lo ha organizado todo para darle a Manuela la despedida que se merece".
Posteriormente, tendrá lugar una misa funeral a las 19:00 horas en la Parroquia de San Pedro Apóstol de Monesterio para, a continuación, llevar los restos de la mujer al cementerio para que "ya por fin pueda descansar en paz".
"La familia de Manuela estaríamos muy agradecidos si decidís acompañarnos en este día tan especial", señala Emilia, quien muestra también su agradecimiento a todos y todas por la colaboración y apoyo durante los ocho años que han vivido desde la desaparición de su hermana.
La despedida de Manuela Chavero se produce después del juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Badajoz, que ha condenado a prisión permanente revisable -la primera que se emite en Extremadura- al autor de su asesinato, Eugenio Delgado.
La sentencia declara como hechos probados, conforme al veredicto emitido por el jurado, que el 5 de julio de 2016, sobre las 02:15 horas, Delgado se dirigió a la vivienda de la víctima tras observar que Manuela Chavero, de 42 años, se encontraba sola dentro de la casa sin haberse acostado aún.
Tras hablar con ella, y con la excusa de devolverle una cuna que Manuela le había prestado un año antes, consiguió que ella le acompañara hasta una vivienda que la familia del ahora procesado tiene a 80 metros de la casa de Manuela y que él utilizaba de forma esporádica.
La víctima salió de su casa con la finalidad de recoger la cuna y volver inmediatamente a su domicilio, por lo que dejó una lámpara encendida en el salón, la luz de la cocina y la televisión encendidas y dejó también su móvil, el bolso y las llaves.
Ya en el interior de la vivienda de la familia del acusado, en la que estaban solos, "sin contar con el consentimiento de ella, la abordó sexualmente en forma no exactamente determinada".
A continuación, y "con la finalidad de aumentar deliberada e inhumanamente el sufrimiento de la mujer", el acusado le propinó diversos golpes que le causaron graves lesiones.
Asimismo, la sentencia señala que el acusado causó “intencionada y deliberadamente” la muerte de la mujer con finalidad de ocultar su acción delictiva, por lo que cargó el cuerpo sin vida en su coche y lo transportó hasta una finca de su propiedad ubicada en el extrarradio de Monesterio, donde la enterró.
El cadáver permaneció allí hasta septiembre de 2020, cuando sus restos fueron desenterrados por agentes del Equipo Central de Inspección Ocular de la UCO de la Guardia Civil.
Durante las investigaciones, el acusado declaró en dos ocasiones en calidad de testigo, si bien no reconoció lo ocurrido en ninguna de ellas, entorpeció la investigación al generar dudas en torno a dónde se encontraba en la madrugada de la muerte violenta e incluso modificó su vehículo.
La sentencia no es firme y contra la misma cabe interponer recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura.
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