Los miles de estudiantes que se examinarán desde este lunes de las pruebas de acceso a la Universidad, que aprueban nueve de cada diez, podrán elegir por primera vez entre la Historia de España o la de Filosofía y serán los últimos en tener una estructura de examen casi igual al de los años anteriores.
Esta convocatoria será la última en la que se mantiene el formato impulsado en 2020, condicionado por la pandemia y la clausura de los centros educativos, por lo que se dieron más facilidades al alumnado, en esencia una mayor opcionalidad en las preguntas.
Los primeros en intentar salir airosos de la prueba será el alumnado de La Rioja y de la Comunidad de Madrid mañana, mientras el grueso lo hará a partir del 4 de junio: Andalucía, Aragón, Extremadura, Asturias, Castilla-La Mancha, Cataluña, Galicia, Navarra y Comunidad Valenciana.
A continuación, a partir del miércoles les tocará el turno a los estudiantes de Cantabria, Murcia, Castilla y León, Canarias y País Vasco. Baleares será la última en celebrar los exámenes, a partir del 11 de junio.
Este año, como novedad, el alumnado podrá elegir entre dos materias para acceder a los estudios superiores, que son Historia de España o Historia de la Filosofía, que este año se ha convertido en asignatura troncal. De esta manera no se aumenta el número de materias a las que presentarse.
Quienes deseen mejorar su nota de admisión podrán examinarse de, al menos, otras dos materias.
Estas podrán ser, bien dos de modalidad de 2º de Bachillerato, bien una materia de modalidad y la materia común que no hubieran escogido previamente al optar entre Historia de España e Historia de la Filosofía, siempre y cuando la universidad tenga previsto tener en cuenta la calificación de estas dos últimas materias en sus procesos de admisión.
De esta manera, se seguirá prácticamente con la misma estructura de examen, con pruebas de 90 minutos y un intervalo mínimo de 30 de descanso entre el final de una prueba y el inicio de la siguiente.
La aprobación en 2021 de la Lomloe -más conocida como Ley Celaá- obliga a una enseñanza mucho más competencial (saber aplicar lo que se ha aprendido), lo que implica más reflexión y pensamiento crítico y menos echar mano de la memoria.
Una de las consecuencias es que las pruebas para entrar a la Universidad también tienen que ir en línea con el nuevo tipo de enseñanza y aprendizaje, ya que en el bachillerato también se han introducido numerosas modificaciones en su currículo a consecuencia de la Lomloe. De forma escalonada, la Ley Celaá obliga a introducir los cambios competenciales en la Ebau hasta su plena implementación en 2028.
En función de las comunidades autónomas, las pruebas tienen distintas denominaciones: EBAU en Asturias, Canarias, La Rioja, Cantabria, Castilla y León, Extremadura, La Rioja y Murcia; PBAU en Baleares; ABAU en Galicia; EvAU en Madrid, Aragón, Castilla-La Mancha y Navarra, o EAU en el País Vasco, entre otras.
A partir de 2025 la coherencia, la cohesión, la presentación y la corrección gramatical, léxica y ortográfica supondrán un 10 % de la nota de la nueva Ebau y habrá un único modelo de ejercicio para cada materia, según el borrador del real decreto por el que se regula el acceso a las enseñanzas universitarias oficiales de grado.
Materias de evaluación:
Longitud de las pruebas:
Tipología de preguntas:
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