El día 31 de mayo es el Día del Tripulante de Cabina, día en el que se conmemora la labor que desempeñan estos trabajadores día a día, desde calmar nuestro miedo a volar, a emergencias médicas que puedan surgir, a fatídicas y rutinarias turbulencias, incluso algún que otro aterrizaje de emergencia.
Todos ellos tienen una formación de lo más admirable, desde dominar diferentes idiomas hasta saber cómo actuar en situaciones extremas donde, a cualquier otra persona, el miedo le podría jugar una mala pasada.
Este día se lleva celebrando desde 1985, gracias a Ellen Church, considerada la primera azafata en el mundo de la aviación. Fue una enfermera estadounidense que se consiguió este puesto al demostrar la importancia que tenía tener un ayudante de vuelo para los pilotos y los pasajeros.
Este día se conmemora debido a la gran responsabilidad que tienen todos los auxiliares de vuelo, ya sea desde garantizar la seguridad del vuelo, como atender cada uno de los requerimientos de los pasajeros, siempre con unos valores primordiales de la profesión.
Llegar a ser tripulante no es un objetivo fácil ya que, se ha de conseguir un certificado oficial para el que hay que presentarse a un examen en el que se examina de una serie de conocimientos que tiene que controlar todo azafato, a la vez que de una serie de competencias que deben dominar. Los idiomas también es otro de los requisitos indispensables como también lo es la buena presencia.
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