Los agentes encargados de la investigación sobre el derrumbe de este pasado jueves en el Medusa Beach Club, en la Playa de Palma, tratan de aclarar si se llevaron a cabo obras ilegales en la terraza que se desplomó. Las primeras indagaciones indican que la estructura del edificio no estaba preparada para soportar el peso de la primera planta, que se acondicionó como parte del restaurante y donde había unas 20 personas cuando transcurrieron los hechos.
El local, que cuenta con dos plantas (la primera cedió sobre la segunda y ambas acabaron en el sótano), ubicado en el número 34 de la calle Cartago de Palma, fue sometido a una inspección en 2017 y, con posterioridad, se llevaron a cabo diversas reformas, recogen medios como 'Diario de Mallorca'.
Las citadas reformas son objeto de análisis ahora. Los técnicos municipales tratan de aclarar las causas del derrumbe, que dejó cuatro muertos y 16 heridos. En la mañana de este viernes, técnicos de Urbanismo de Palma y agentes de la Policía Nacional han llevado a cabo una primera inspección en el lugar. La estructura de la finca se construyó en 1972 y cedió sobre las 20:30 horas de la pasada jornada, provocando el desastre.
Fuentes locales afirman que el inmueble pasó la Inspección Técnica de Edificios (ITE) en 2017 y que, al año siguiente, dos hermanos austriacos dedicados al sector de la restauración constituyeron una sociedad y pusieron en marcha un restaurante mexicano, que luego dio paso al Medusa Beach Club, local que abrió en 2021. Los agentes tratan de determinar si los propietarios contaban con los permisos necesarios y si se ajustaron a las autorizaciones.
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