¿Por qué mató Cristina Rivas a su hija Yaiza?: "Tenía rabia hacia su padre, temía que la alejara de mí"
Cristina Rivas ha confesado que "sentía rabia" hacia su marido porque este iniciaba una nueva vida y sentía que le podía separar de su hija
"Me arrepiento, claro que me arrepiento". "Pido perdón por todo lo que he hecho", ha añadido al usar el derecho al último turno de palabra
La parricida que confesó matar a su hija de cuatro años buscó durante semanas otros asesinatos a niños
Cristina Rivas, la mujer que confesó asesinar a su hija Yaiza en Sant Joan Despí (Barcelona) en mayo de 2021, ha reiterado su confesión al declarar en el juicio, y en las conclusiones finales la Fiscalía ha pedido abrir otra causa para investigarla también por presunto maltrato psicológico a su ex y padre de la niña porque la finalidad del crimen fue "hacerle el mayor daño posible no solo con la muerte sino en recalcarle que es por venganza y por su culpa".
Cristina ha confesado que "sentía rabia" hacia su marido porque este iniciaba una nueva vida y sentía que le podía separar de su hija. Este ya manifestó en el juicio que en los primeros momentos pensó "que quería joderme otra vez porque la rechazaba, y que se había ido con la niña". La realidad era mucho peor. Ahora reconoce que una parte de él ha muerto con su hija.
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El juicio en la Audiencia de Barcelona ha quedado visto para sentencia este miércoles y el jurado deliberará a partir del miércoles. Durante el interrogatorio Rivas ha confesado que dio pastillas a la niña para sedarla por la noche, a la mañana siguiente seguía viva y la asfixió y ella se tomó unas 90 pastillas para intentar suicidarse.
Temía que el padre alejara a Yaiza de ella y de su familia
La mujer ha contado que temía que el padre alejara a la menor de ella y de su familia, especialmente desde que él había empezado una nueva relación con otra mujer, y ha asegurado que tomó la decisión de matar a la niña tres días antes, cuando le preguntó al hombre si dejaría que la menor viera a su familia si a ella le pasaba algo: "Me dijo 'Yo soy su padre y yo haré lo que quiera", algo que las acusaciones descartan porque semanas antes buscó información de crímenes de padres a niños.
Rivas ha contado que tenía miedo de perder a su hija o que se alejara de ella a causa de la nueva relación de su padre, que rechazó volver con ella, y preguntada por si mató a la niña para dañarlo a él ha contestado que "en ese momento era rabia lo que sentía hacia él".
Cuando su abogada le ha preguntado cómo se ha sentido después del crimen, ha contestado que siente que no debería estar viva, y al preguntársele concretamente por si se arrepiente ha contestado: "Me arrepiento, claro que me arrepiento". "Pido perdón por todo lo que he hecho", ha añadido al usar el derecho al último turno de palabra en el juicio, que ya está pendiente del veredicto del jurado que empezará a deliberar el jueves por la mañana.
Me arrepiento, claro que me arrepiento. Pido perdón por todo lo que he hecho
Con la prisión permanente en el horizonte
La Fiscalía y la acusación particular que ejerce la familia paterna de Yaiza reclaman una condena de prisión permanente revisable, mientras que la defensa intenta que quede exenta de responsabilidad penal por haber actuado con "miedo insuperable" a perder a su hija o un trastorno mental que atribuyen a la depresión que supuestamente sufría.
Las abogadas de Rivas también han pedido tomar en cuenta como atenuante la confesión que ha mantenido desde el día del crimen, a lo que el fiscal ha reprochado que solo ha reconocido lo que ya estaba evidenciado sin ayudar a aligerar la causa.
Para las acusaciones tampoco puede considerarse que actuó por un arrebato o bajo un trastorno mental que le impedía saber lo que hacía, y en este sentido han insistido en que planificó la muerte y desde dos meses antes buscó información sobre cómo suicidarse con pastillas y sobre crímenes de padres que mataron a sus hijos.
La mujer también siguió el caso de la presentadora e hija de Rocío Jurado, Roció Carrasco, y se reflejó en ella hasta el punto de usar sus expresiones, como "A esta niña la he parido yo", en las cartas de suicidio que dejó, a lo que la abogada de la acusación ha criticado: "Que se compare con quien se puede comparar. Con José Bretón, con Tomás Gimeno, pero que deje la cantinela de Rocío Carrasco, esa mujer no ha matado a nadie".
La salud mental de Rivas se debatió en el juicio el martes con una prueba pericial de unas cuatro horas en la que tres peritos públicos concluyeron que la mujer planificó el crimen por rencor y rabia a su ex, estando en plenas facultades mentales, mientras que un perito contratado por la defensa sostuvo que Rivas tenía un trastorno de personalidad.
En su informe final este miércoles, el fiscal Félix Martín ha calificado la intervención del perito privado como "un espectáculo de frivolidad procesal y psicológica, de confundir términos y pretender mezclar rasgos con trastornos de la personalidad, buscar una atenuante que en ningún caso procede".
También ha argumentado contra esta tesis la abogada de la acusación particular, Mireia Gómez, para quien las cuatro cartas de suicidio que dejó la mujer "constatan que la mente de la señora Rivas estaba malvadamente lúcida", y que también considera que lo que la movió a cometer el crimen fue el odio, el despecho y la maldad, que y sentía que había pasado a un segundo plano para su pareja en cuanto nació su hija.
Lo planificó con frialdad, llevó a Yaiza a cenar al McDondald's, su favorito, cual corredor de la muerte
Para el fiscal, el comportamiento de la mujer el mismo día del crimen muestra que lo planificó con frialdad: la llevó a dar un paseo en bici y a cenar al McDondald's, "su favorito, cual corredor de la muerte", y en las horas siguientes al crimen antes de intentar suicidarse hizo 10 llamadas y envió un mail para dar de baja el recibo de la plaza de garaje.
"También hay madres que asesinan a sus hijos"
"También hay madres que asesinan a sus hijos, y eso no niega ni disminuye el gravísimo problema de la violencia machista y la violencia vicaria de género", ha avisado el fiscal al jurado, y les ha remarcado que con su veredicto no deben resolver un debate jurídico ni político.
La abogada de la acusación particular, Mireia Gómez, ha advertido al jurado en un sentido similar: "Las mujeres podemos hacer el mal exactamente igual que un hombre, y si cometemos un acto tan atroz como matar a un hijo no se puede permitir que de antemano se nos tache de locas. No estamos locas, también podemos ser malas", y ha añadido que pensar que una mujer solo puede ser mala por un trastorno mental es un planteamiento machista.
Gómez ha incidido en que Rivas planificó el crimen, y para ilustrarlo ha recordado que a la mañana siguiente de intentar matarla con medicamentos "tuvo la oportunidad de echare para atrás", porque la niña seguía viva, y en cambio la asfixió.
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