La agresión homófoba sufrida por un profesor en el Instituto de Secundaria Les Alfàbegues de Bétera (Valencia) a comienzos de 2022 no tendrá consecuencias para los agresores después de un error de una funcionaria de Justicia, que dejó la denuncia en una caja y que ha hecho que el caso prescriba.
La agresión se produjo en ese centro educativo en febrero de 2022 y la víctima, el profesor Miquel Álvarez, acudió a denunciar a los juzgados de Castelló, su cuidad natal.
El profesor de Física y Química ha explicado a EFE que acudió allí y formalizó su denuncia, pero la funcionaria judicial, "en lugar de tramitarla y enviarla a (los juzgados de) Llíria, que es lo que correspondía, la guardó en una caja". Recientemente acudió a interesarse por la causa y fue cuando descubrió que no estaba registrada.
Al llegar a Fiscalía le comunicaron que el caso "había prescrito", ya que los delitos de odio prescriben un año después de su comisión, ha apuntado el profesor, que ya no trabaja en ese instituto, donde en el momento de los hechos estaba haciendo una sustitución.
Su voluntad ahora es que se conozca que no fue él quien no denunció los hechos, sino que se ha producido una "mala praxis" que ahora "no se puede enmendar".
Álvarez recuerda que los hechos ocurrieron durante un recreo en el que él tenía guardia de patio. Allí vio un grupo de alumnos que ondeaba una gran cantidad de banderas de España, en respuesta a lo sucedido el día anterior, cuando varios alumnos portaron banderas LGTBI para mostrar su apoyo a un alumno trans.
Cuando el profesor vio que entre esas banderas españolas había varias preconstitucionales decidió acudir a retirarlas y fue entonces cuando una gran cantidad de alumnos le rodearon y comenzaron a insultarle, propinarle golpes y lanzarle objetos como piedras, llaves o bocadillos.
El centro expulsó en su momento a los diez alumnos que pudieron ser identificados como autores de la agresión.
Para él la agresión "está pasada" ya, pero lamenta que no se haya cumplido el propósito que quería conseguir al denunciar, que no era otro que los alumnos aprendieran y comprendieran que no pueden quedar impunes ante hechos de esta gravedad.
"La justicia les ha dado la razón", lamenta para explicar que teme que estos adolescentes se creen impunes y "pueden ser potencialmente agresores" en un futuro.
Miquel Álvarez ha puesto una queja en la Administración de Justicia pero todavía no ha recibido noticias.
Lamenta además que en los últimos años, especialmente con el ascenso de fuerzas de extrema derecha y su llegada a las instituciones, "va calando mucho el discurso populista y homófobo". Los adolescentes, a su juicio, "escuchan en casa esos discursos" y "se ven empoderados".
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