El asesinato de Isabel Carrasco 10 años después: las claves de un crimen que conmocionó a España

Ocurrió un 12 de mayo de 2014, hace justo una década, en un plan urdido y confeccionado para acabar expresamente con la vida de Isabel Carrasco, la entonces presidenta de la Diputación de León y presidenta provincial del Partido Popular de León, asesinada aquel día de tres disparos. Fue Montserrat González quien apretó el gatillo, pero por la participación en el plan también cumplen condena su hija, Triana, y la policía local Raquel Gago. El suceso conmocionó a España y cambió la política en León, como cuentan a través de un profundo análisis del caso en el episodio 27 de eXpertos del crimen, disponible en la app de Mitele.

Todo ocurrió a las cinco de la tarde de aquel 12 de mayo cuando la política, inmersa en plena campaña electoral de las elecciones europeas, marchaba desde su casa, ubicada en el paso de La Condesa de la capital leonesa, a la sede de su partido, al otro lado del río Bernesga.

Fue cuando cruzaba una pasarela cuando Montserrat González, ejecutando un plan meditado previamente, y tras haberla seguido, se acercó a ella y le disparó hasta tres veces acabando con su vida.

Para ello utilizó un arma, una Taurus del calibre 38, --como muestra el episodio de eXpertos--, que recogió su hija, Triana Martínez, y que dejó en el interior del vehículo de su amiga, la policía local Raquel Gago que, en ese momento se encontraba "en actitud de espera" y conversando con un conocido, controlador del servicio de la ORA de León.

Con lo que no contaban en el plan era con Pedro Mielgo, un expolicía que se encontraba paseando con su mujer por las inmediaciones y que fue fundamental para su rápida detención y para descubrir que, en efecto,  Montserrat González, la mujer del entonces comisario de Astorga, no había actuado sola.

El policía nacional jubilado, considerado durante el juicio como fundamental para esclarecer el crimen, siguió a Montserrat en su huida mientras, al mismo tiempo, relataba todo lo que acababa de ocurrir al Servicio de Emergencias 112 de Castilla y León.

Su intervención fue trascendental para que tanto ella como su hija Triana fuesen detenidas en el momento, mientras que la tercera en cuestión, Raquel Gago, que entregó el arma dos días después asegurando que la había encontrado en su coche, fue también arrestada, --y posteriormente condenada--, por este crimen.

Triana, una ingeniera de telecomunicaciones que había sido contratada a dedo en la Diputación de León, tenía problemas personales con Isabel Carrasco, algo que finalmente desembocaría en el crimen.

Definida como “extremadamente inteligente”, según su análisis psicológico, que también reparó en su excesiva “dependencia de su madre”, ejecutó junto a ella lo planeado con ayuda de su amiga Raquel Gago. Entre las tres urdieron un “crimen casi perfecto”, tal y como se desprendió del proceso judicial, que se vio truncado, no obstante, con la intervención de Pedro Mielgo y por la efectiva y rápida actuación de las fuerzas de seguridad.

Así lo recoge el episodio 27 de eXpertos del crimen, disponible en Mitele, donde David Aleman y el periodista Paco Jiménez tratan de desgranar los motivos por los que estas tres mujeres decidieron acabar con la vida de la política leonense, “la mujer más poderosa de León en las últimas décadas; una persona odiada y querida a partes iguales”, tal como describen.

En su análisis, además, muestran el arma real con el que se disparó a Isabel y explican los detalles que les llevaron a escoger este artefacto para llevar a cabo el crimen.

Su asesinato provocó el final de una era en la provincia de León, donde Isabel Carrasco, que comenzó su carrera como delegada territorial de la Junta que fue consejera de Economía en la Junta de Castilla y León, ostentaba el poder político, que ejercía de manera autoritaria y centralista.

Por este crimen, Montserrat, autora confesa de los disparos, fue condenada a 22 años de prisión y su hija, Triana Martínez, a veinte años, que cumplen actualmente en la prisión asturiana de Villabona, después de haber pasado por el centro penitenciario de Mansilla de las Mulas (León) y de Villanubla (Valladolid), donde siempre han mantenido una actitud conflictiva.

Por su parte, respecto a Raquel Gago, el juez de la Audiencia Provincial de León la condenó en un primer momento a cinco años de prisión aunque, en la revisión de la pena por instancias superiores, fue condenada a 14 por colaboradora. Actualmente, no obstante, se encuentra en libertad provisional.

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