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No es el argumento de una nueva serie sino de una trama con intereses inmobiliarios que está sucediendo en Burgos, los implicados son un grupo de monjas que reniegan del Papa, un obispo excomulgado y un convento a la venta.
Dieciseis monjas clarisas se han apartado de la Iglesia. Lo hacen, entre otras cosas, porque el arzobispado ha frustrado la venta de su convento. Y es aquí cuando entra en juego un tercer elemento, un hombre que se autoproclama obispo, pero que ex comulgado y ahora ejerce una gran influencia sobre las hermanas.
Las monjas del convento de Santa Clara de Belorado, en Burgos, se han topado con una Iglesia que ya no reconocen y rompen con ella. El lío de padre y muy señor mío comienza cuando las clarisas se disponen a comprar el monasterio de Orduña, en Vizcaya, para trasladarse.
Aseguran que hay alguien dispuesto a adquirirlo por más de un millón de euros y a cederlo en usufructo hasta que ellas reúnan el dinero necesario para la compra. El plan se frustra cuando la Iglesia sospecha que detrás está Pablo de Rojas, quien ya fue excomulgado por indicación de la Santa Sede.
Él se sigue considerando obispo. Ensalza el franquismo y rechaza a todos los Papas posteriores al Concilio Vaticano II que supuso la actualización de la Iglesia.
A él se encomiendan ahora las clarisas de Belorado. Mientras tanto el arzobispo de Burgos pide a los “fieles que se abstengan de participar en un acto litúrgico en ese monasterio.
El arzobispo de Burgos es ignorado por los seguidores de Pablo de Rojas que acuden al monasterio donde han colocado el cartel de propiedad privada.
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