Los vecinos del bloque de viviendas atrapados por el incendio en Madrid dieron a los bomberos un trabajo difícil: convencer a los vecinos de que se confinaran en sus casas mientras el fuego estaba siendo controlado. El recuerdo de Campanar afectó a todos ellos. Las advertencias del equipo de rescate era algo desesperante, y más teniendo en cuenta lo ocurrido hace apenas unos meses en Valencia.
Dentro del edificio, la enorme humareda se había extendido por la escalera y los pasillos. Era más seguro quedarse confinado. Pero no todos hicieron caso, puesto que el miedo y los nervios pedían instintivamente salir de las viviendas. A Alejandro, por ejemplo, le vino un mal recuerdo del incendio en Valencia y escapó a oscuras del incendio sin hacer caso a los bomberos.
El chico cuenta que él y su pareja bajaron las escaleras tragando humo, y llegando al exterior con los ojos rojos.
Juan también sorteó cinco plantas inundadas de humo jugándose la vida. Él cuenta que utilizó una toalla que se puso en la cara y bajó sin pensárselo.
Las órdenes eran claras, pero el miedo a que se repitiera una tragedia como la de Valencia hizo que se dejaran llevar por el pánico y salieran rápidamente. El fuego estaba controlado, pero los habitantes de las viviendas no lo sabían.
Los bomberos tuvieron que ir tranquilizando a los vecinos, que estaban muy nerviosos.
Juan Monteverde, jefe guardia de Bomberos de Madrid no se cansó de advertir de los riesgos una vez salieran a las zonas comunes. Se iban a desorientar e iban a tener una capacidad de supervivencia muy limitada en cuanto entrasen en la zona de humo.
Julia fue una de las vecinas que se encerró en su casa, pero pensó en lo peor: "Veía que la única vía de escape que había no se podía usar".
El enorme susto se saldó con 5 intoxicados leves.
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