Albert López ha reconocido ante los trabajadores de la cárcel de Quatre Camins (Barcelona) el crimen de la Guardia Urbana, por el que fue condenado junto a Rosa Peral, con la intención de conseguir permisos penitenciarios, han informado fuentes judiciales consultadas por Europa Press.
López ha admitido el crimen por el que fue condenado a 20 años de prisión y que había negado hasta que la sentencia fue firme, ha adelantado 'El Periódico'. Además la sentencia les impuso pagar 885.000 euros en indemnizaciones: 450.000 para el hijo de la víctima, 225.000 para su padre, 100.000 a cada uno de sus hermanos y 10.000 a su expareja y madre de su hijo.
Albert López ha confesado este martes:
Las citadas fuentes han aclarado que López no ha hecho ningún escrito o comparecencia formal para reconocer el crimen, sino que lo ha expresado ante el equipo que lo trata en prisión.
En este sentido, fuentes penitenciarias consultadas por Europa Press han recordado que López aceptó desde que llegó a prisión seguir un programa individual de tratamiento, con el que un equipo de psicólogos, educadores y otros profesionales trabaja para la reparación de la víctima y el reconocimiento del delito, entre otros aspectos.
Los informes de estos trabajadores sirven a la junta de tratamiento para valorar cada seis meses una posible progresión de grado penitenciario y para responder a peticiones de permisos que no superen las 48 horas.
La Audiencia de Barcelona condenó en 2020 a la acusada a 25 años de prisión y a otro agente de la Guardia Urbana, Albert López, a 20 por el asesinato. Los cinco años de diferencia entre Albert y Rosa son de agravante por parentesco, pues Peral mantenía una relación sentimental con el fallecido, Pedro Rodríguez. Curiosamente, Albert se quedó a un solo voto de ser absuelto por el jurado que les condenó.
La sentencia recoge, tal como consideró probado el jurado, que Peral y López consideraban que Pedro R. "por diversas razones, obstaculizaba su relación" y por eso lo mataron y quemaron el cadáver dentro del coche de Pedro R. la noche después del crimen en una pista forestal junto al pantano de Foix.
Según ha podido saber ‘eXpertos del crimen’, Albert ha hecho amigos con los que organiza partidos de futbol y ha escrito un libro, pero los años en prisión han sido muy diferentes para Rosa.
Peral ha sido trasladada de prisión hasta en cinco ocasiones por protagonizar distintos altercados. Según algunas compañeras, Rosa ha mantenido relaciones sentimentales tanto con hombres como con mujeres, y muchos la definen como una persona posesiva y manipuladora.
En el momento del crimen, Rosa Peral estaba divorciada y tenía dos hijas de 4 y 6 años. Tras la detención, sus hijas pasaron a vivir con su exmarido, padre de estas, y a quien Peral también llegó a acusar del crimen, Rubén Carbo. Desde 2019, Rubén permite que sus hijas vayan a visitar a Rosa el primer sábado de cada mes.
Francisco Peral, el padre de Rosa y quién llegó a mentir en el juicio por deseo de su hija hasta que se derrumbó y confesó, sigue confiando en su inocencia.
Sin embargo, tiene prohibido, por orden de Rubén, hablar con sus nietas del motivo por el que Rosa cumple ahora mismo condena.
El caso del crimen de la Guardia Urbana de Barcelona atrajo la atención de las plataformas de contenido. El crimen tenía todos los ingresdientes de un 'noir' nórdico y fue Netflix la que logró hacerse con los derechos de una historia de crimen, pasión, engaño y traición que arrasó en audiencia.
Rosa Peral intentó parar la emisión de 'El cuerpo en llamas' mediante la presentación de una demanda civil en los juzgados de Barcelona. La emisión siguió su curso y los jueces decidieron embargar los posibles pagos que Netflix abonara a los condenados para dedicarlos a sufragar las indemnizaciones que la sentencia fijó para los familiares de la víctima.
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