María Caamaño Múñez es una niña salmantina de 11 años a la que a los 7 le detectaron un cáncer. En concreto, sarcoma de Ewing, uno de los tumores infantiles que peor índice de supervivencia tiene. Pero ella nunca ha perdido la sonrisa. Desde hace un año, María sigue un tratamiento experimental en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid.
“La investigación es lo que ha hecho mejorar el pronóstico del cáncer infantil en España de manera radical”, nos explica Alba Rubio, que es su doctora y la responsable de los ensayos clínicos precoces de este centro sanitario pediátrico. “Para saber de forma rápida si un fármaco es bueno, continuar y que lo utilicen todos los niños posibles. Y si un fármaco no es bueno, eliminarlo de la investigación lo antes posible y no perder tiempo”, se muestra directa. Porque el tiempo apremia y se trata de sobrevivir e ir incluso más allá. “Es que no sólo hay que curar, hay que curar bien”, apunta el jefe del servicio de oncología de este centro referente, el doctor Luis Madero. Y no podemos dejar niños con unas secuelas que luego arrastren toda su vida”. El equipo de oncología pediátrica está completamente volcado. “No solamente administrar un tratamiento”, dice la doctora Rubio, “sino de acompañamiento; de compartir las incertidumbres, los miedos, las esperanzas”. Y ahí María es la mejor. Quería ser futbolista, pero como ella misma nos reconoce “ahora quiero ser médica oncóloga para curar a los niños que están como yo”.
De momento, lo que ya está consiguiendo, moviéndose en redes sociales, es el apoyo de mucha gente. Desde su equipo, el Unionistas de Salamanca, al que sueña con jugar, el Atlético de Madrid. Un atlético, el torero Gonzalo Caballero, se está volcando y con él ha ido abriendo puertas grandes. Y no hay rivalidad que valga: de Real Madrid, al Barça. Todos juntos, solidaridad y recursos para la Fundación para la Investigación Biomédica del hospital. “La sociedad civil tiene que entender que es un problema de todos y que cuanto más aporte”, apunta el doctor Madero, “es probable que seamos capaces de devolverle casi la curación de todos los niños”. ¿Una oportunidad de apoyar? La corrida benéfica mixta, con el propio Gonzalo Caballero y la rejoneadora Léa Vicens, del sábado 23 de marzo en Las Rozas. O el concierto que habrá después. Para que #LaSonrisaDeMaría y la de todos los niños con cáncer siga ganando vida.
El sarcoma de Ewing es un tipo raro de cáncer que ataca especialmente a niños y adolescentes, aunque puede manifestarse en cualquier edad. Se origina en los huesos o en el tejido blando alrededor de los huesos. Normalmente, se inicia en las extremidades y en la pelvis, pero puede ser en cualquier hueso, incluido en el cráneo. La investigación, el avance en los tratamientos, la medicina personalizada, genómica y, por supuesto, el diagnóstico temprano ha conseguido incrementar considerablemente la supervivencia. De hecho, el 80% de los niños con cáncer logran superar la enfermedad. En el caso del sarcoma de Ewing, casi el 70%, aunque una vez finalizado el tratamiento, que incluye quimioterapia, radioterapia y cirugía, hay que seguir un control durante el resto de la vida. Eso, los que logran sobrevivir. Porque 3 de cada 10 niños fallecen y es lo que hay que revertir. Más recursos y más medios. Más ciencia para acabar con esta enfermedad.
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