El director de Informativos Telecinco, Carlos Franganillo, y Rosa Lerchundi, jefa de Nacional en esta misma casa, han recordado, en un especial 11M, lo acontecido en aquel fatídico día de los atentados terroristas, donde murieron 193 personas. Con el dolor todavía presente, y tras 20 años desde aquel trágico suceso, este lunes no han dejado de sucederse los actos de recuerdo y homenaje a las víctimas.
Echando la vista atrás desde el Paseo de la Castellana de Madrid, donde unos dos millones de personas se manifestaron 24 horas después de la matanza, Franganillo y Lerchundi vuelven a aquellos duros momentos vividos nada más conocerse la noticia de las explosiones.
Poco después de los hechos, recuerdan, empezaban ya a surgir algunas dudas sobre la autoría de ETA mientras el Gobierno señalaba a la banda como principal línea de investigación, algo que mantendrían hasta el día de las elecciones, el 14 de marzo de 2004.
El día de los atentados, a primera hora de la mañana, todos los pronunciamientos políticos que se hicieron apuntaban a ETA. Uno de esos primeros pronunciamientos fue el del lehendakari Juan José Ibarretxe que, a las 9:30 de la mañana, dos horas después de las explosiones, exigió a la banda que dejara de matar.
“Está claro que ETA ha pretendido dinamitar la democracia”, dijo.
Sin embargo, una hora más tarde del pronunciamiento de las declaraciones de Ibarretxe, Arnaldo Otegi, líder de Batasuna, que entonces era un partido ilegalizado, desmintió a Juan José Ibarretxe y negó que fuera ETA.
“La izquierda abertzale no contempla ni como mera hipótesis que ETA esté detrás de lo ocurrido hoy en Madrid”, subrayó.
El Gobierno no le dio ninguna credibilidad a Otegi y mantuvo desde el primer momento que quien había cometido aquel atentado fue la banda terrorista.
Lo hizo Ángel Acebes, que era ministro del Interior. Compareció en rueda de prensa a las 13:30 horas. Durante la misma, dijo: ‘ETA quería cometer una matanza en Madrid y esta vez lo ha conseguido’.
En aquella comparecencia, una periodista de la BBC le preguntó al Gobierno si no contemplaba otras hipótesis, porque a ella le llegaban desde el Reino Unido otras informaciones. El Gobierno dijo tajantemente entonces que no; que no tenía ninguna duda sobre la autoría de ETA. Y lo mismo hizo el presidente del Gobierno, José María Aznar, que también dijo que había sido ETA, aunque él no lo dijo expresamente; no nombró expresamente a ETA.
“Les derrotaremos. No tenga nadie ninguna duda. Lograremos acabar con la banda terrorista”, manifestó a las 14:30 horas de aquel día.
Unas horas antes de que Aznar hablara, se dirigió y llamó por teléfono a todos los directores de los grandes periódicos de España para decirles que estaba absolutamente convencido de que el atentado lo había cometido ETA.
Mientras todo eso pasaba en la vida política, en la investigación fue el portero de una finca que estaba en las cercanías de la estación de Alcalá de Henares el que puso sobre la pista a los investigadores sobre una furgoneta.
Aquel vehículo fue inspeccionado, registrado y allí se hallaron dinamita, Goma-2 ECO, que era un explosivo que ETA no utilizaba, y se halló también una cinta de audio con versículos del Corán.
Los Tedax que inspeccionaron aquella furgoneta descartaron desde aquel momento la autoría de ETA.
Tras esto, el 12 de marzo se produjo una manifestación multitudinaria en Madrid. Se superaron todas las previsiones. Más de 2 millones de personas se echaron a la calle para condenar aquel brutal atentado, pero en la opinión pública ya estaba calando la posibilidad de que no fuera ETA; de que aquello fuera obra del terrorismo islamista, de Al-Qaeda, y en aquella manifestación se escucharon los gritos; los gritos en forma de preguntas a Aznar y a sus preguntas: ‘¡¿Quién ha sido’?!'
Todo se aceleró el día 13 de marzo, un día antes de las elecciones. Aquel sábado, en jornada de reflexión, se producen las primeras detenciones.
No obstante, antes hay que regresar a lo que pasó en las sedes del partido popular: una persona anónima envió mensajes SMS a 17 contactos convocándoles para una manifestación en la sede del PP con el lema de ‘pásalo’.
Entonces no existían las redes sociales y, sin embargo, móvil a móvil, aquel mensaje fue pasando de unos a otros y frente a la sede del PP se convocaron miles de personas. Eso en una jornada de reflexión.
Aquello llevó al PP a denunciar la situación. Lo hizo el candidato a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, y después de él salió el director de la campaña de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), Alfredo Pérez Rubalcaba para defender "un Gobierno que no les mienta; un Gobierno que les diga siempre la verdad”.
Un día más tarde, el día 14, España votaba en las elecciones y Zapatero barría en contra de lo previsto. Aquel día de los comicios ganó el PSOE, y lo hizo con contundencia. El PP dijo que los socialistas habían ganado las elecciones utilizando un atentado y el PSOE replicó siempre al PP que si había ganado esas elecciones o si el PP las había perdido era porque había mentido a los españoles.
El 13 de marzo los primeros terroristas fueron detenidos. El 3 de abril la policía localizó a la célula en Leganés. Allí, ante la llegada de los GEO, se hicieron estallar, matando a uno de los efectivos policiales, la víctima número 192 de los atentados.
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