El 11M es una fecha marcada en la historia negra de España. El atentado terrorista en los trenes de Cercanías Renfe de Madrid que dejó 192 muertos -murió otra persona más tras años en coma- cumple 20 años, y la sociedad no olvida, aunque haya supervivientes que solo sueñen con eso, con olvidar. Los ciudadanos que presenciaron el horror en la Puerta de Atocha siguen recordando aquella masacre que todavía les duele.
“Todavía recuerdo el olor a carne quemada por toda la zona de detrás del Museo Reina Sofía, donde vivo. No se había visto eso nunca”, ha señalado un hombre a Informativos Telecinco a las puertas del Memorial en homenaje a las víctimas, cuya sala se ha llenado de flores. Su hija “estuvo a punto de subirse a uno de los trenes que registraron explosiones”, pero no llegó a subirse porque llegó tarde.
“Podría volver a ocurrir cualquier cosa, pero no creo que en este momento vuelva a ocurrir algo parecido”, ha agregado este hombre, que también lanza críticas al mundo de la política y pide mayor atención a la seguridad de los ciudadanos.
Las generaciones que vivieron aquel 11 de marzo de 2004 destacan la colaboración de los vecinos de los alrededores de la Puerta de Atocha (donde dos trenes sufrieron explosiones, que tuvieron lugar y dejaron víctimas en Santa Eugenia y El Pozo): “Vinimos muchísimos, pero no creíamos que la emergencia era de tal magnitud”.
Nadie olvida ni un detalle: “Yo soy profesora y estaba esperando a una compañera para ir a clase. Vibraron los cristales de mi casa y pensé que había pasado algo. Luego me llamaron y me dijeron que no saliera por lo que había ocurrido”, cuenta una mujer, todavía consternada también por aquel horror.
También hay ciudadanos que perdieron a varios familiares y que ni siquiera pueden hablar sobre lo ocurrido. Y otros, los que sobrevivieron e iban en el tren, han tenido que afrontar una dura experiencia: la de volver a subir a un tren o no. Muchos optaron por no volver a tomarlo. Pero también hay quien ha hecho frente a sus miedos.
Lo ocurrido en Madrid conmocionó a la capital española, pero también a todo el territorio nacional. De hecho, en Atocha han colocado lemas en las paredes en este sentido: “Yo iba en ese tren”. “Yo soy de Cataluña, pero el atentado del 11M me consternó profundamente. Fue un auténtico horror”, ha explicado un hombre, que asegura que confía en los servicios ferroviarios: “Creo que es un medio muy seguro y que ahora se presta más atención”. El 11M sigue presente.
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