En los últimos tiempos parece que la formación de bancos de niebla en Ciudad Real se debe a sus "condiciones perfectas" para ello. Sin embargo antes de explicar tal afirmación es importante conocer los componentes y procesos atmosféricos involucrados.
La niebla se forma bajo condiciones específicas que combinan humedad, temperatura y otros factores ambientales. Estos elementos interactúan de manera que facilitan la condensación del vapor de agua en el aire, formando pequeñas gotas de agua en suspensión que a la postre reducen significativamente la visibilidad.
La humedad relativa hace referencia a la cantidad de vapor de agua presente en el aire en comparación con la máxima cantidad de vapor que el aire puede contener a una temperatura dada. En Ciudad Real, ciertas condiciones, como la proximidad a cuerpos de agua o áreas con abundante vegetación, pueden aumentar la humedad relativa, facilitando así la formación de niebla.
Después tenemos la cercanía de la temperatura al punto de rocío, que es la temperatura a la cual el aire debe enfriarse para que el vapor de agua en el aire se condense en agua líquida. Durante la noche, la tierra irradia el calor acumulado durante el día, enfriando el aire cercano a la superficie hasta su punto de rocío y favoreciendo la formación de niebla.
Partículas microscópicas en el aire, como polvo, sal marina y compuestos de sulfuro, actúan como núcleos alrededor de los cuales puede condensarse el vapor de agua. Estas partículas facilitan la transición del vapor de agua a gotas de agua líquida, una parte esencial del proceso de formación de niebla.
Todas estas circunstancias desembocan en el caso actual de Ciudad Real, ya que encontramos unas temperaturas bajas, ausencia de nubes en el cielo y una ubicación en pleno valle, que aumenta la humedad ambiental por el paso de los ríos. Además la intensidad y persistencia de las nieblas matinales parece ser aún mayor por las lluvias y borrascas previas, como por ejemplo como pasó con la borrasca Juan.
La aparición de estas brumas es más típica entre los meses de diciembre y enero, que cuentan con un menor número de horas de luz. Además cuando los cielos están despejados se produce un mayor enfriamiento de las capas de aire inferiores, lo que provoca mayor condensación de agua y, por tanto, niebla. Este fenómeno comienza en las zonas más cercanas al agua, en lugares bajos y cerca del suelo, y se denomina niebla por advección. Los otros tipos de niebla serían por evaporación y orográfica, que no son el caso de este territorio.
En conclusión, la "condición perfecta" para la formación de bancos de niebla en Ciudad Real es el resultado de la interacción de varios factores atmosféricos y geográficos. El clima actual se une a la localización en un valle de esta ciudad para provocar la aparición de estos bancos de niebla, especialmente persistentes y densos, desde primeras horas de la mañana.