Conducir con lluvia: ¿marchas largas o marchas cortas?

  • En condiciones de lluvia moderada a intensa, se recomienda el uso de marchas largas

  • El motivo es que al usar una marcha más alta, la velocidad de rotación del motor disminuye, lo que reduce la aceleración de las ruedas

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Si conducir en condiciones normales puede ser todo un reto en determinadas circunstancias, la conducción bajo la lluvia plantea desafíos aún más únicos y desafiantes. Un aspecto clave en estas circunstancias es la elección entre marchas largas o cortas al conducir nuestro vehículo, para tratar de garantizar la seguridad en carretera. Las condiciones climáticas adversas requieren una adaptación de las técnicas de conducción, y el tipo de marcha elegido puede influir significativamente en la respuesta del vehículo.

Generalmente, en condiciones de lluvia moderada a intensa, se recomienda el uso de marchas largas. El motivo para justificar esta decisión es simple, y es que al usar una marcha más alta, la velocidad de rotación del motor disminuye, lo que a su vez reduce la aceleración de las ruedas y, por tanto, la probabilidad de derrape en superficies resbaladizas. Las marchas largas permiten tener un mayor control del vehículo, reduciendo con ello el riesgo de pérdida de tracción.

En situaciones de viento fuerte y con lluvia, pero sin que esta sea intensa, puede ser aconsejable usar marchas cortas para mejorar el control del vehículo y contrarrestar los efectos del viento. Por otro lado, si la carretera está inundada o hay grandes charcos y acumulaciones de agua en ella, se recomienda circular por la parte más alta de la vía y usar la marcha más corta posible.

Eso sí, independientemente de la elección de marchas, en este tipo de situaciones más que nunca, es esencial mantener los neumáticos en buen estado. Los neumáticos deben tener una profundidad mínima de dibujo y estar a la presión adecuada para evitar el desgaste asimétrico y reducir el riesgo del temido y peligroso aquaplaning. La correcta presión de los neumáticos también contribuye a ofrecer una menor resistencia de rodadura y a conseguir mantener un consumo de combustible más eficiente.

Consejos para la conducción con lluvia

Además de la elección de marchas, hay otros factores cruciales para una conducción segura en condiciones de lluvia. La primera es, aunque resulte evidente, aumentar la distancia de seguridad, ya que en carreteras mojadas, la distancia de frenado se incrementa significativamente, por lo que distanciarnos del vehículo precedente resulta esencial para evitar colisiones. También es importante mantener la calma al volante, agarrando con firmeza el volante y evitando los movimientos bruscos, frenazos o los cambios de marcha repentinos que puedan dificultar que mantengamos el control de nuestro vehículo. 

Además, como medida adicional, y aunque suene obvio, no está de más recordar que  debemos reducir la velocidad a la que circulamos, reduciendo el riesgo de aquaplaning y aumentando el control sobre las reacciones del vehículo.

Además, sobre todo en este tipo de condiciones, es importante que el vehículo esté en un estado óptimo en todos sus componentes, empezando porque los limpiaparabrisas estén en buen estado, y siguiendo con ruedas sin un desgaste excesivo. Tampoco debemos olvidarnos de revisar los frenos, que son críticos en estas circunstancias, ni las luces, esenciales para ver y ser visto en cualquier vía en condiciones de baja visibilidad y con lluvia. 

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