El hombre acusado de asesinar a los tres hermanos de Morata de Tajuña, en Madrid, ha sumado su cuarta víctima mortal este jueves, después de, supuestamente, acabar con la vida de su compañero de celda en la cárcel madrileña de Estremera, donde llevaba interno tres semanas. Ha sido sobre las dos y media de la madrugada cuando, de manera "fría" y a través del interfono, Dilawar Hussein F.C., de origen paquistaní y de 42 años, ha comunicado a los funcionarios de la prisión de que había matado a su compañero de celda.
No obstante, fuentes sindicales han señalado que los hechos podrían haber sucedido algunas horas antes, en torno a la media noche. El fallecido es A.A.V., un recluso de origen búlgaro y 39 años de edad que se encontraba en prisión provisional y que llevaba desde 2012 entrando y saliendo de centros penitenciarios por varios delitos, entre ellos contra la salud pública y el patrimonio.
Según apuntan fuentes a EFE próximas a la investigación, la muerte se produjo a golpes, aunque no se conoce con certeza qué objeto empleó para pegarle ni en qué parte del cuerpo. Se ha barajado la posibilidad de que le golpease contra un elemento estructural de la celda, aunque las primeras pesquisas apuntan a que podría haber empleado una pesa de fabricación casera propiedad del fallecido, han indicado las fuentes sindicales.
La víctima y el supuesto homicida compartían celda en el módulo 12 de Estremera, reservado para los presos conflictivos. Es habitual que los reclusos recién llegados tengan un acompañante para tratar de facilitar su adaptación al centro penitenciario. No era, sin embargo, lo comúnmente conocido como un preso sombra, que muchas veces se asignan a reclusos a los que se aplica el protocolo de prevención de suicidios.
Las fuentes consultadas aseguran que no tienen constancia de que el supuesto homicida tuviera una enfermedad mental ni que estuviese sujeto a un protocolo específico. Ahora se encuentra en una celda de aislamiento, a la espera de que se los agentes de Homicidios de la Guardia Civil le tomen declaración y de pasar a disposición de la autoridad judicial.
La causa ha recaído inicialmente sobre el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 8 de Arganda del Rey, cuya jueza sustituta ha ordenado el levantamiento del cadáver.
Dilawar Hussein F.C. se entregó el pasado 22 de enero en las dependencias de la Guardia Civil en la localidad madrileña de Arganda del Rey, en la que residía, y confesó ser el asesino de Amelia, Ángeles y Pepe, cuyos cuerpos sin vida habían sido encontrados cuatro días antes. El grupo de Homicidios de la Comandancia de Madrid asumió la investigación y, tras interrogarle y registrar su domicilio, le puso a disposición del Juzgado número 5 de Arganda, que decretó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza mientras prosigue con las pesquisas.
La noche del 24 de enero la pasó ya tras los muros del centro penitenciario Madrid VII, el de Estremera, donde precisamente había estado recluido unos meses antes.
Tras emplear un martillo para golpear en la cabeza en repetidas ocasiones a una de las hermanas en febrero de 2023, pasó cerca de ocho meses en la citada prisión, hasta que se le otorgó el beneficio de suspensión de la ejecución de la pena privativa de libertad, ya que carecía de antecedentes y la condena no superaba los dos años.
Casi cuatro meses después de quedar en libertad, el 17 de diciembre -según relató el mismo ante el juez-, acabó con la vida de los tres hermanos, de quienes había sido inquilino y a los que supuestamente habría prestado varios miles de euros que no fueron devueltos.
Apenas 22 días después de ingresar por segunda vez en Estremera, se le investiga por un cuarto homicidio, cuyas causas por el momento se desconocen.
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