El autor confeso del triple crimen de Morata de Tajuña tenía la llave de la casa en que vivían los tres hermanos

Dilawar Hussain, autor confeso del asesinato de tres hermanos, --Amelia, Ángeles y Pepe G.--, en la localidad madrileña de Morata de Tajuña, tenía la llave de la casa en la que vivían los ancianos. Tras haber sido previamente inquilino de ellos en una habitación, aún mantenía una copia y la habría usado para acceder al domicilio donde fueron encontrados los cadáveres.

Tras efectuar su detención durante la madrugada después de que él mismo se entregase voluntariamente ante las autoridades en un cuartel de la Guardia Civil de Arganda del Rey, donde confesó los hechos, los agentes del a Benemérita procedieron al registro de la residencia en la que Hussain llevaba 25 días escondido.

Durante este proceso, al contrario que en un primer instante, no colaboró: se negó a declarar en todo momento; una postura totalmente diferente a la mantenida previamente, cuando confesó los crímenes.

No obstante, sobre esto último hay que tener en cuenta que lo hizo sin abogados, y por lo tanto no serviría: ahora la Guardia Civil tiene que probar los hechos; todo lo que contó.

Siendo la principal hipótesis del triple crimen un ajuste de cuentas por una deuda, ,los agentes no dudan de todo el relato, pero sí de que fueron 50.000 euros la cantidad que dejó a los hermanos, y también desconfían de su estabilidad mental.

El autor confeso del triple crimen de Morata de Tajuña estaba acorralado

En el momento de su detención, el ciudadano de origen pakistaní, de 42 años, estaba acorralado. La Guardia Civil lo buscaba porque ya había agredido con un martillo a Amelia. Tres golpes en la cabeza que lo llevaron a prisión. En septiembre salió, pero tenía una orden de alejamiento de la vivienda de Morata de Tajuña, donde se produjo el ataque y donde había convivido con los tres hermanos.

“En la planta de arriba. La alquilaron como una habitación. Pero de repente dicen que el pakistaní les había dejado a ellas 60.000 euros”, cuentan los vecinos.

El arrestado Invirtió para ayudar a desbloquear una supuesta herencia de siete millones; era ese el último engaño de dos falsos militares estadounidenses con los que Amelia y Ángeles creían mantener una relación sentimental por internet.

Durante los 25 días en que se ocultó en una casa de Arganda del Rey, los vecinos no sospecharon. A un compatriota le dijo que no tenía sitio para vivir ni dinero para comer. Hay quien lo veía como alguien “simpático”, pero ahora, sobrecogidos, insisten: “Hoy no te puedes fiar de nadie”.

La principal hipótesis en el triple crimen confesado por Dilawar Hussain

La principal hipótesis del triple crimen de Morata de Tajuña se centra en un posible ajuste de cuentas por una deuda. El inicio de los problemas económicos que pudieron desencadenar la muerte de los tres hermanos se remonta a años atrás, cuando Amelia y Ángeles supuestamente comenzaron a ser víctimas de una estafa amorosa a través de internet. Según relataron sus amigos y vecinos, ellas mismas comentaban que mantenían una relación sentimental con dos militares estadounidenses en Afganistán a los que habían conocido a través de Facebook.

Más tarde, uno de ellos, quien decía llamarse Edward y empleaba una foto del excomandante de la OTAN Wesley Clark, aseguró que un compañero suyo había muerto y que él iba a ser el beneficiario de su millonaria herencia, que compartiría con las hermanas.

No obstante, antes necesitaba que ellas le ayudaran económicamente para costear los gastos sucesorios, a lo que accedieron, destinando mensualmente sus pensiones y dilapidando cerca de 400.000 euros, según apuntan amigos de la familia.

En esta situación, arruinadas, las hermanas, naturales de Torre de Juan Abad (Ciudad Real) pero residentes en Morata de Tajuña desde hacía décadas, comenzaron a pedir dinero a sus vecinos y amigos, incluido el párroco de la localidad.

Ante sus negativas, y las advertencias de sus allegados acerca del engaño que estaban siendo víctimas, se comenzaron a aislar hasta que el pasado diciembre desaparecieron del pueblo.

Pasadas varias semanas, y alertados por las recurrentes llamadas de los moradores de las viviendas colindantes denunciando el hedor, fue entonces cuando efectivos de Policía Judicial de Arganda del Rey de la Guardia Civil registraron el chalé y encontraron los cuerpos en proceso de descomposición.

Tras ello, fueron trasladados ese mismo día al Instituto de Medicina Legal, donde el viernes se comenzaron a realizar las autopsias, de las que todavía no han trascendido los resultados.

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