Rescatan a ocho rehenes secuestrados en una embarcación que transportaba dos toneladas de cocaína a las Islas Canarias

En noviembre del año pasado, la Policía Nacional y agentes de aduanas rescataron a ocho rehenes secuestrados por un miembro de su misma organización de narcotráfico en un barco que transportaba 2.300 kilos de cocaína a las Islas Canarias. La operación, bautizada como "Operación Neptuno", se había mantenido en secreto hasta ahora, según informó el miércoles la Dirección General de Policía.

El secuestrador, un hombre de nacionalidad serbia que era parte de la tripulación, habría disparado a uno de los rehenes y arrojado su cadáver al mar en un intento de hacerse con el control del barco, según informó la Policía en un comunicado.

Los nueve miembros de la tripulación, detenidos

Los nueve miembros de la tripulación han sido detenidos por tráfico de drogas durante la Operación Neptuno, y el secuestrador se enfrenta también a un cargo por homicidio.

Durante la operación, los agentes habían investigando a una banda delictiva que transportaba 2,3 toneladas de cocaína desde Sudamérica hacia España a bordo de un remolcador.

Avisados de que la droga iba a ser trasladada a una pequeña embarcación frente a las costas de las Islas Canarias, los agentes montaron un dispositivo para interceptar la operación e identificaron a la embarcación nodriza, llamada 'Sea Paradise'.

Unas horas antes, los agentes se enteraron de que se había producido un secuestro a bordo. Un equipo de pilotos especialistas de Vigilancia Aduanera llevaron a una dotación del Grupo de Operaciones Especiales (GEO) de la Policía a bordo del buque 'Cóndor'.

En menos de 12 horas, un equipo de intervención llegó a la posición del 'Sea Paradise' en el Atlántico, abordó el remolcador y se puso en contacto con la tripulación, que confirmó que estaban retenidos como rehenes por un hombre serbio armado.

Tras varias horas de negociaciones, los rescatadores consiguieron convencer al secuestrador de que depusiera las armas y se rindiera. Una vez que los rehenes estuvieron a salvo, se dirigieron al puerto de Santa Cruz de Tenerife, donde registraron la embarcación e incautaron la cocaína, que había sido dividida en fardos unidos a luces intermitentes y garrafas de agua para que flotaran en el agua.

Además de la droga, se incautaron equipos electrónicos y satelitales.

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