A la hora de calentar cierto tipo de comidas y recetas muchas veces dudamos sobre qué método es mejor y qué electrodoméstico se adapta mejor al tipo de alimento que vamos a consumir. Evidentemente, el horno supone un gasto considerable de tiempo y dinero, por lo que está descartado.
En nuestra elección van a entrar dos de los electrodomésticos más populares del mundo: el microondas y la freidora de aire. Esta última ha ido ganando aceptación en los últimos años gracias a su capacidad para cocinar alimentos de manera más saludable, sin apenas grasa.
¿Cuál de los dos es mejor para recalentar la comida?
La mejor manera de saber cuál de los dos electrodomésticos cumple mejor la función de calentar es estudiar algunos de sus puntos fuertes. La freidora de aire, por ejemplo, respeta bastante bien la textura crujiente de los alimentos incluso cuando los recalentamos. Esto es útil para recetas de fritos o empanados en las que buscamos mantener la textura original del plato y no ese empanado blando y húmedo que queda tras calentar el alimento con el método clásico.
Hablamos de fritos que solo merecen su nombre cuando la textura de la piel conserva ese crujiente que da el aceite muy caliente: las patatas fritas, las alitas de pollo o la carcasa dura y fragmentada de las empanadas, entre otros. En un microondas nos será mucho más complicado, por no decir imposible, conservar esta firmeza típica de la piel churruscada.
Del mismo modo, las freidoras de aire son un poco más versátiles a la hora de calentar cierto tipo de platos. Hablamos, por ejemplo, de la pizza o el pollo asado. La distribución de calor suele ser más uniforme comparada con la del microondas, y habrá algunas personas para las que esta característica sea un punto decisivo a la hora de decantarse por una u otro, por no mencionar el menor consumo de calorías. De hecho, dependiendo del modelo, la freidora de aire puede ser incluso rápida que el microondas a la hora de calentar algunos tipos de recetas.
El hecho de que la air fryer gane en algunos puntos a su competidor no significa que este electrodoméstico no presente muchas ventajas a la hora de calentar con cierta rapidez una amplia variedad de platos. El tamaño también puede hacer que la balanza se decante. Un microondas estándar suele ocupar menos espacio en cocina que el ‘trasto’ de la freidora y puede ser más versátil para calentar cualquier tipo de plato si no buscamos específicamente ese empanado perfecto (para eso ya tenemos la sartén, o el propio horno)
Además, si el consumo de energía es algo importante para nosotros, un microondas podría ser mejor la opción sin duda. Por lo general, tienden a ser más eficientes que una típica air fryer y el aire muy caliente que hacen circular para transferir calor al alimento. En consecuencia, menos gasto en la factura de la luz.
Otro aspecto a considerar es la rapidez. Podemos calentar casi cualquier cosa en cuestión de minutos, algo que resulta una ventaja cuando no disponemos de ese ratito de rigor que necesitaríamos con la air fryer. Además, no tendría sentido calentar sopas o guisos o incluso descongelar alimentos en la freidora de aire teniendo a mano un microondas, que utiliza un sistema de transferencia de calor más apto para esta tarea.