¿Se puede congelar el salmón ahumado?
Congelar es una estupenda manera de alargar la vida de algunos alimentos y nos evita tener que tirarlos
No todo se puede congelar, por eso antes de intentarlo conviene saber si es posible
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Tener que tirar comida porque se ha puesto mala debería ser la última de las opciones, pero en ocasiones no nos queda más remedio, ya sea porque hemos hecho un mal cálculo de lo que necesitamos en la cocina, porque hemos comprado demasiada cantidad ‘por si acaso’ o porque pensamos que lo usaríamos y luego nuestros planes cambiaron.
En estos casos, congelar lo que nos sobra antes de que se ponga malo es esencial (las cosas conviene congelarlas cuando están frescas y no a punto de ponerse malas), pero no todo se puede congelar, ¿qué pasa con el salmón ahumado, podremos conservarlo así más tiempo o no nos queda otra opción que consumirlo cuando no nos apetece?
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Salmón ahumado, ¿se puede congelar?
Sí, el salmón ahumado se puede congelar, tanto si lo hemos comprado ya ahumado en la tienda como si lo ahumamos en casa. De hecho, congelarlo es una manera estupenda de conservarlo durante más tiempo, siempre y cuando o hagamos de la manera adecuada y no pensemos que es eterno. Se mantendrá bien hasta tres meses, pero conviene comerlo en los dos primeros para que su calidad no se vea reducida.
Para que el salmón esté en perfectas condiciones cuando lo descongelas, tiene que estar en perfectas condiciones al congelar, por eso conviene que esté fresco y sea de calidad. Es una buena idea asegurarnos de que la pieza no tiene espinas, secarlo con una toalla de papel para evitar cristales de hielo que modifiquen la textura y hacer porciones individuales.
Esto hace que resulte más sencillo consumirlo después, si necesitas más cantidad, puedes sacar varias raciones, pero al congelarlas individualmente, se podrá consumir todo lo descongelado, sin tener incómodas sobras que tengamos que tomar con prisas para evitar que se ponga malo.
Esas raciones individuales las podemos hacer envolviendo el salmón ahumado con film transparente, intentando que quede completamente pegado a la pieza, o también en bolsas para congelar, retirando el máximo aire posible del interior antes de dejarlas en un congelador que debería estar a unos -18 °C para un almacenamiento óptimo. Conviene también poner una etiqueta con la fecha en la que lo hemos congelado, para que no se nos olvide y, en caso de tener que volver a congelar más, saber cuál hay que consumir antes.
Cuando queramos comerlo, solo tendremos que sacar las raciones correspondientes del congelador y dejarlas en la nevera mientras se descongelan, lo que puede llevar toda la noche, de hecho se calcula que debe estar unas 12 horas para que el proceso se complete. No conviene que se descongele a temperatura ambiente, porque puede favorecer el desarrollo de bacterias.
Aprender a conservar la comida es la mejor manera de evitar tener que tirarla porque se ha puesto mala y congelarla es una estupenda solución, ya que la mayoría de los alimentos se pueden congelar si sabes cómo. Eso sí, recuerda que, una vez descongelado, no conviene volver a congelar los alimentos, por eso es tan buena idea hacerlo en raciones y no completo.