Más de 24 horas de deliberación después el Tribunal del Jurado el jurado popular ha declarado por unanimidad culpable al parricida de Sueca por el asesinato de su hijo de 11 años el pasado 3 de abril de 2022, quien recibió de su padre 27 puñaladas. Ahora será el tribunal de la sección cuarta el que le fije la pena.
El propio José Antonio A.C. se declaró culpable en el juicio celebrado en la Ciudad de la Justicia de Valencia y aseguró que con la muerte de Jordi buscaba “causar el mayor dolor a la madre” de quien se había separado meses antes del parricidio. En su frío y escalofriante relato afirmó que al menor "le agarré del cuello y le clavé el cuchillo varias veces"
De este modo, consideran probado que, con esta acción, buscó no solo la muerte del hijo común con su exmujer sino, además, causar con ello "el mayor dolor psíquico posible" a la madre, a la que efectivamente provocó graves lesiones psíquicas que a día de hoy siguen pendientes de curación.
Sobre el día del asesinato, el parricida ha explicado que ese día había bebido mucho y ha asegurado que el novio de su hermana le echaba drogas en la bebida, pero los agentes que estuvieron en el lugar de los hechos no encontraron indicios.
Los forenses que realizaron la autopsia al niño de 11 años declararon en el juicio que no suelen ver "cuadros con esa intensidad de traumatismos", con un cuerpo con 27 heridas de arma blanca y 41 erosiones, y con el arma homicida todavía alojada en el cuello de la víctima. En este proceso el menor trató de defenderse, de ahí las 41 erosiones, principalmente de carácter defensivo y en las manos.
Los especialistas del Instituto de Medicina Legal de Valencia y los guardias civiles presentes en el levantamiento del cadáver expusieron algunos de los detalles más crudos de este crimen. Explicaron a los miembros del tribunal que, de todas las heridas que presentaba el cuerpo, únicamente una era mortal de necesidad por haber seccionado la arteria carótida y "casi con toda probabilidad fue la última".
Los dos especialistas del Instituto de Medicina Legal coincidieron en destacar que no suelen encontrarse "cuadros con esa intensidad de traumatismos en la sala de autopsias". "No hacemos autopsias como estas todos los días, con tantos traumas y con un arma homicida todavía alojada en el cuerpo".
El abogado defensor interrogó a los peritos sobre si la muerte del menor fue rápida, a lo que éstos han respondido que sí.
Previamente comparecieron dos guardias civiles que participaron en la inspección de la escena del crimen y estuvieron presentes en el levantamiento del cadáver. Ambos aseguraron que no vieron rastro alguno de botellas de alcohol en la casa, ni tampoco observaron que el agresor estuviese bebido. "Más bien estaba ido, tembloroso, con la mirada perdida, y preguntaba si el niño estaba bien... Decidimos llevarlo al médico".
"Estaba vestido con un chándal lleno de manchas de sangre, pero se había lavado las manos y los brazos", explicaron.
El menor llevaba consigo un teléfono móvil en el momento de su muerte, un terminal que estaba desbloqueado y que los guardias civiles pudieron manipular. "Vimos que había enviado un mensaje a su madre a las 14.04 en el que decía 'pots vindre a arreplegar-me?' (¿puedes venir a recogerme?)".
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