Al comienzo de un nuevo año, es una práctica común extender buenos deseos a familiares, amigos, colegas y conocidos. Sin embargo, a menudo ocurre que hay gente a la que vemos menos, con lo que la felicitación del año en persona llega más tarde que a la gente con la que convivimos. Es en estos casos cuando surge la pregunta: ¿hasta cuándo es adecuado felicitar el Año Nuevo?
Ann Elizabeth Burnett, consultora de etiqueta y fundadora de Elizabeth Etiquette, aclara que no existe una fecha límite exacta para este tipo de felicitación, aunque sugiere que hacia el final de la primera semana de enero, saludar de esta forma comienza a perder su relevancia. Burnett enfatiza la importancia del contexto, sugiriendo que no es apropiado continuar deseando "Feliz Año Nuevo" durante todo enero y febrero. En general, se podría considerar que tras Reyes y la vuelta a la rutino normal sería el límite tras el que felicitar el año se siente ‘viejo’.
Sin embargo, Suzy Fossati, fundadora de Avignone Etiquette, señala que el plazo para extender estos saludos puede variar según el entorno. En un contexto social, se considera adecuado durante los primeros días después de Año Nuevo, mientras que en un contexto empresarial, o entre grupos de mayor edad, este plazo podría extenderse unos días más. La fecha de regreso al trabajo, como el 9 de enero en algunos lugares, podría ser la última oportunidad apropiada para decir "Feliz Año Nuevo" a colegas y clientes.
Por lo tanto parece haber cierto quorum entre los expertos en estas lides, afirmando que aproximadamente una semana después del Año Nuevo es aceptable para seguir con los saludos, pero más allá de eso, pueden tener efectos negativos. Los saludos extendidos pueden percibirse como no deseados, forzados e insinceros. De hecho se apunta que desear "Feliz Año Nuevo" mucho después de la primera semana de enero puede impedir que tanto la persona que saluda como la que recibe el saludo avancen y abracen el nuevo año.
En definitiva, la práctica de desear "Feliz Año Nuevo" está influenciada por factores como el contexto del encuentro, la configuración social o empresarial y la consideración psicológica de los saludos. Mientras no hay una regla estricta, se sugiere limitar estos saludos a la primera semana de enero, buscando evitar que el saludo parezca forzado o insincero. La percepción de estos saludos es subjetiva y depende de las costumbres culturales y personales, pero la idea central es comenzar el año de manera positiva y auténtica, manteniendo la empatía y la amabilidad hacia los demás.