¿Con qué frecuencia hay que limpiar las cortinas de casa?

Las tareas de limpieza de la casa requieren muchas veces dedicar una porción de tiempo considerable a mantener en buen estado objetos y superficies a los que no prestamos atención en el día a día.

Entre estos elementos están el fregadero, que hay que desatascar cada cierto tiempo, o las cortinas, un imprescindible de cualquier hogar. Estas telas gruesas colocadas en vertical hacen las veces de barrera protectora contra el exceso de luz, funcionan como un elemento de decoración que puede darle un toque especial a la habitación en cuestión y aíslan parcialmente la casa contra el frío y calor excesivos.

Del mismo modo, al atraer como ningún otro objeto distintos tipos de suciedad, grasa y malos olores, es frecuente tener que limpiarlas cada cierto tiempo. Es más, no podemos olvidarnos de mantenerlas en buen estado, ya que unas cortinas sucias pueden causarle alergia o asma a alguno de los miembros del hogar.

¿Cada cuánto se deben limpiar? ¿Cuál es la manera correcta de hacerlo?

¿Cuándo hay que limpiar las cortinas de casa?

Esta cuestión dependerá de varios factores fundamentales: el tejido con el que esté fabricada la cortina, la habitación en la que cuelga, la estación del año e incluso el color. No es lo mismo una cortina en una habitación aislada de la casa que solo recibe puntualmente el humo de la calefacción que una colocada en una habitación de la casa con cierto tránsito que abrimos frecuentemente; en ese caso, lo más probable es que sea un imán para los malos olores de la calle, los escapes de las chimeneas o la contaminación ambiental presente.

A estos focos de suciedad hay que sumar el color, que va a determinar el trabajo que dan. Las cortinas de colores oscuros disimulan mucho mejor la suciedad que las de colores claros. Los expertos recomiendan una limpieza en profundidad cada 3-4 meses aproximadamente. Tres veces al año como mínimo, cinco si queremos cubrirnos las espaldas.

Cómo saber si unas cortinas están sucias

A ojo de buen cubero, como dice el refrán. Hay varias señales, y todas tienen que ver con el aspecto externo y el olor. Evidentemente, si las cortinas presentan algún tipo de mancha de grasa o comida, el color de la tela ha variado a uno más oscuro gracias a la suciedad impregnada o desprenden un olor desagradable cuando pasamos cerca, será hora de descolgarlas del sistema de sujeción que utilicemos y realizar una limpieza en profundidad para dejarlas como nuevas. En algunas cortinas de color claro notaremos ese desagradable tono infiltrado de amarillo, signo claro de que necesitan un repaso a conciencia.

Para lavarlas, es conveniente seguir algunas recomendaciones:

  • Comprobar la información de la etiqueta, donde viene de qué tejido están hechas y el lavado más recomendable. Quien tenga unas cortinas de terciopelo, por ejemplo, no sería muy inteligente si las metiera en la lavadora con un programa de 60º.
  • Lavar a mano o a máquina. Dependerá del tipo de tejido. Las de nailon, poliéster y otro tipo de fibras resistentes aguantan a la perfección los programas de uso habitual de la lavadora, no así las cortinas fabricadas con tejidos delicados tipo seda o lino.
  • Siempre es mucho mejor usar un programa de lavado corto en frío, con un centrifugado suave, que no someta la tela a un desgaste excesivo.
  • Para terminar el proceso de limpieza, basta colgarlas para que se sequen al aire y recuperen su forma. Hay quien, tras este paso, prefiere plancharlas para darles un mejor aspecto final.