La cédula de habitabilidad, también conocida como licencia de ocupación, es un documento administrativo que acredita que una vivienda cumple con las condiciones mínimas de habitabilidad establecidas por ley. Estas condiciones incluyen aspectos técnicos, higiénico-sanitarios, de salubridad, higiene y solidez, así como los requerimientos específicos de cada comunidad autónoma en España.
Se podría decir que una vivienda no ‘existe’ legalmente hasta que tiene esta cédula de habitabilidad, por lo que no podría contratar los servicios y suministros básicos como son el agua, la luz y el gas. De la misma manera, al no ser considerada vivienda tampoco puede ser objeto de operaciones inmobiliarias como la venta, compra o el alquiler. Finalmente, también es un elemento básico para la mayor parte de operaciones de crédito hipotecario, con lo que es necesaria para obtener cualquier hipoteca sobre este inmueble.
Existen tres tipos principales:
Todas estas cédulas de habitabilidad tienen una vigencia determinada, que generalmente se establece de 15 a 25 años, dependiendo de la fecha de emisión y las regulaciones de cada comunidad autónoma. La de primera ocupación para construcciones posteriores a 2012 suele ser de 25 años.
Se necesita esta cédula cuando queramos vender o alquilar, o dar de alta servicios como la luz, agua y el gas, aunque esto varía en función de la comunidad autónoma. Para obtener la cédula de habitabilidad, es necesario:
El coste de la cédula varía dependiendo de diversos factores como el tipo de inmueble, su localización y los honorarios del técnico que elabore el certificado. Puede oscilar entre 70 y 2.000 euros. Sin embargo, si ya la tenemos podemos solicitar de forma gratuita un duplicado, incluso aunque seamos solo los arrendatarios del inmueble.
Casos especiales y excepciones
Hay situaciones en las que la cédula de habitabilidad puede no ser necesaria, como en la venta de inmuebles destinados a reformas importantes o cuando el uso del inmueble es distinto al de vivienda (por ejemplo, locales comerciales).
La cédula de habitabilidad es un elemento crucial en el ámbito inmobiliario en España, asegurando que las viviendas cumplen con los estándares mínimos requeridos para ser habitadas y facilitando procesos como la venta, alquiler y contratación de servicios. Su tramitación, aunque pueda variar en costos y requisitos según la localización, es un paso esencial para garantizar la legalidad y seguridad de las viviendas.