¿Qué es el efecto rebote en la conducción?

El efecto rebote es un fenómeno que ocurre cuando un conductor toma un estimulante, como podrían ser el café o una bebida energética, para combatir el cansancio o el sueño, y este deja de hacer efecto. Como resultado, el cansancio o el sueño vuelven a aparecer de forma aún más fuerte, además de repentina e irresistible, lo que supone un gran riesgo para la seguridad vial. Este efecto, conocido por la propia DGT,  hace difícilmente controlable la aparición del cansancio o sueño, ya que depende de cada conductor y de lo que haya tomado, pudiendo tardar minutos u horas en aparecer..

Impacto en la seguridad vial

La fatiga es uno de los factores que más afecta a la conducción. Según FESVIAL (Fundación para la Seguridad Vial), entre el 20 y el 30 % de los accidentes están relacionados con la falta de sueño o el cansancio. El efecto rebote agrava aún más este problema al enmascarar temporalmente la fatiga y el sueño, que luego vuelven con mayor intensidad, cogiendo al conductor desprevenido y dejándole ciertamente desprotegido al volante.

Síntomas comunes de la fatiga al conducir

La Dirección General de Tráfico (DGT) indica que dormir menos de 5 horas puede cuadruplicar el riesgo de tener un accidente, haciendo que aparezca antes la fatiga. Los síntomas comunes de un conductor fatigado incluyen la necesidad de moverse en el asiento, pérdidas de concentración, calambres musculares o dolor de espalda, visión borrosa, somnolencia y lentitud en la toma de decisiones. En los peores casos, esto puede llegar al extremo de hacer que el conductor se quede dormido al volante, con consecuencias potencialmente desastrosas tanto para los ocupantes de su vehículo, como para cualquier persona cercana a la calzada en ese momento. .

Cómo evitar el efecto rebote

  • Descanso adecuado: Es crucial que los conductores descansen bien antes de conducir. Se recomienda dormir un mínimo de 7 horas antes de emprender un viaje.
  • Evitar estimulantes: Se debe evitar el uso de bebidas energéticas y otros estimulantes para combatir la fatiga, ya que estos solo ofrecen un alivio temporal y pueden provocar un efecto rebote peligroso.
  • Paradas para descansar: Es importante realizar paradas para descansar cada dos horas o 200 kilómetros, especialmente en viajes nocturnos o cuando se viaja con niños y personas mayores. Salir del vehículo para estirarse y tomar aire fresco puede ser de gran ayuda.
  • Mantener una hidratación adecuada: La hidratación adecuada es fundamental, ya que la deshidratación puede provocar reducción (de hasta un 27%) de la concentración y la atención, dolor de cabeza y cansancio muscular.
  • Mantener una temperatura adecuada en el vehículo: Ajustar la temperatura dentro del coche puede reducir el cansancio y permitir una conducción más relajada, pero sin pasarnos, ya que el calor puede llegar a producir somnolencia.
  • Conducir sin agresividad: Respetar las normas de tráfico y evitar la conducción agresiva son clave para no llegar a forzar la atención, producir estrés y con ello aumentar nuestra fatiga al conducir.

En definitiva, el efecto rebote en la conducción es un riesgo significativo para la seguridad vial. La mejor manera de evitarlo es a través de la prevención, asegurándose de estar bien descansado y evitando el uso de estimulantes como solución temporal al cansancio o la somnolencia. Mantener buenos hábitos de conducción y cuidado personal son esenciales para garantizar viajes seguros.