El pasado martes Renfe prohibió introducir patinetes eléctricos en los trenes de toda España. Limitación que se ha sumado a las ya existentes en el metro y en el autobús en ciudades como Barcelona, Sevilla y Madrid. Una cascada de vetos que ha llevado a los usuarios de estos vehículos a concentrarse hoy en la estación de Atocha, en Madrid, donde han presentado reclamaciones contra Renfe. Aseguran que los dos incendios de baterías que se han producido en vagones de metro son excepcionales y no justifican el veto a estos vehículos.
La prohibición es para ellos importante porque muchos usan el patinete en combinación con el transporte público en sus desplazamientos diarios. Es el caso de Patricia Porras, usuario de monociclo. Desde el martes ya no puede utilizarlo y ha tenido que volver a caminar hasta la estación de Renfe, con lo que tiene que invertir alrededor de cinco horas más en sus traslados.
Igual de afectado está Pablo Álvarez. El invirtió tres mil euros en otro monociclo para evitar por completo usar su coche y ahora ha tenido que volver a utilizarlo, con el aumento de emisiones, de gastos de gasolina, tiempo y atascos. "Eso tras el invierno más cálido de la historia", se queja.
Protestan contra lo que creen una demonización de este vehículo, el que menos emisiones genera, tras el incendio de dos patinetes en vagones de metro de Madrid y Barcelona. Un problema que se debe a la manipulación que algunos hacen para aumentar la velocidad que alcanzan. Su velocidad legal es de 25 kilómetros por hora, pero muchos circulan a 70, 80 y hasta 90. Lo comprobamos en el depósito de la Policía Municipal de Santa Coloma de Gramanet, en Barcelona. Los agentes este año han intervenido 85 patinetes, de los que 80 estaban tuneados para aumentar la velocidad. Uno de los policías nos acelera uno que ante nuestros ojos alcanza los 71 kilómetros por hora.
Pablo Rodríguez, Gerente del Consorcio de Transportes de Madrid, nos explica que en la capital se adoptó la decisión de prohibir los Vehículos de Movilidad Personal porque la prioridad es la seguridad, de los viajeros, los trabajadores y de la infraestructura. Le preguntamos si se replantearán esta decisión cuando sólo circulen patinetes certificados por la DGT. Son más de un centenar de modelos, los únicos que podrán venderse a partir del 22 de enero de 2024. Pero los antiguos podrán circular hasta 2027. "¿Cómo certificar los que están tuneados o no para entrar en la infraestructura? Hoy por hoy la seguridad no está garantizada", asegura Rodríguez.
La DGT trabaja en un nuevo decreto sobre patinetes, en el que se unifiquen los criterios sobre el casco obligatorio. El futuro de los Vehículos de Movilidad Personal pasa por asegurarlos e incluso matricularlos. Ordenar su existencia "como se hizo con las motocicletas hace años... Aún no hemos entendido el patinete", afirma rotundo Ramón Ledesma, consejero de PONS Mobility. "Es el vehículo más sostenible para las distancias de 3 a 4 kilómetros de una sola persona...". Es el debate abierto sobre un vehículo con tantos defensores como fieros enemigos.
"Contra el odio, la intolerancia y la discriminación. Stop patinefobia", escribe en su pancarta uno de los usuarios que hoy se manifestaban en Madrid. Otro levanta convencido su lema: "Stop apartheid. Por un transporte público inclusivo". Los dejamos haciendo cola frente al departamento de Atención al Cliente de Renfe, poniendo sus reclamaciones para defender sus patinetes.
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