Las Inspecciones Técnicas de Vehículos (ITV) han pasado de ser la ‘pesadilla’ de los clientes a convertirse en objeto de una red criminal para facilitar de manera fraudulenta su reconocimiento en Alicante y Murcia.
Estos eran enviados a empresas de segunda mano de Crevillente para su venta con deficiencias graves o sin la documentación necesaria para su matriculación en España. Además, algunos se desplazaban desde Granada, Almería, Valencia o Albacete.
La operación se consolidó a lo largo de, al menos, dos años, y se estima que unos 5.000 vehículos fueron sometidos a inspecciones favorables representando un riesgo en la seguridad vial. También se hicieron inspecciones en más de 200 vehículos en los establecimientos de compra–venta, siendo inmovilizados algunos de ellos.
Uno de los coches investigados fue trasladado por la Policía Nacional a una estación ITV de Elche para comprobar la veracidad de su resultado favorable. Fruto de dicha inspección se concluyó que presentaba un total de quince fallos graves distintos, y tan solo con uno ya no podría haber pasado el reconocimiento.
El principal investigado no era un trabajador "asalariado" en la estación, sino que actuaba como si fuese uno más. En la taquilla del implicado, utilizada por él de manera exclusiva, había un dispositivo OBD (On Board Diagnostics) que se encargaba de eliminar electrónicamente los fallos de los vehículos para seguir con la inspección favorable.
Los implicados eran ciudadanos de entre 32 y 68 años de origen marroquí, senegalés y españoles que residían en la localidad de Crevillente. Uno de ellos era el intermediario entre las empresas, los talleres de la zona y una Estación de ITV en Santomera (Murcia).
Trece han sido los arrestados totales, algunos con antecedentes penales, de los cuales siete eran empleados de la estación de Murica. También se han encontrado 9.000 euros en efectivo, documentación vinculada a los delitos investigados y una máquina troqueladora de matrículas.