La Audiencia Provincial de Baleares, tras realizar una revisión del primer veredicto que se dictó contra él, ha decidido la absolución de Pau Rigo, el anciano de 83 años de edad que había sido condenado a prisión por acabar con la vida de uno de los ladrones que asaltaron violentamente su vivienda en Porreres, Mallorca, para robarle.
En aquel primer veredicto, el jurado popular, no sin provocar un importante revuelo y una notable división, consideró culpable de homicidio al octogenario con una mayoría de votos insuficiente.
Esos defectos formales generaron controversia jurídica hasta el punto en que el Tribunal Superior de Justicia de Baleares intervino para valorar los recursos de la defensa de Pau Rigo, instando a la jueza que presidió el juicio que se volviese a valorar su caso, dictando una sentencia al veredicto corregido, tal como señala el diario El Mundo, que ha tenido acceso a esta última.
Resolviendo a favor del octogenario, la Audiencia Provincial declara ahora su absolución por aquellos hechos, ocurridos en febrero de 2018, por lo que se librará de la pena de cárcel.
Aquel día, Rigo se encontraba en casa cuando, según declaró en el juicio dando su versión de los hechos, salió por la puerta de la cocina al jardín. Allí fue donde, repentinamente, cuando “no había caminado ni 20 pasos”, dos “encapuchados” le cogieron “por el cuello” y le “taparon la boca”.
“Tapados de pies a cabeza”, según describió, contó que le “inmovilizaron” y le llevaron entonces al interior del domicilio, donde dice que “desconectaron los teléfonos fijos”.
Su móvil, sin embargo, no lo cogieron y, tras caerse, había quedado oculto bajo un mueble. A su mujer, por su parte, la encerraron en una habitación.
Según aseguró en el juicio, pensaba que les iban “a matar”, y en un momento dado pudo hacerse con una escopeta que guardaba su habitación, la cual empleó disparando contra uno de los ladrones en el estómago.
Aquel tiro causó un shock hemorrágico masivo en el ladrón, que falleció como consecuencia. Rigo, asustado, llamó con el móvil al 112, donde explicó que acababa de pegar un tiro en el estómago a una de las personas que acababan de asaltarle.
Aquella, además, no era la primera vez que sufría un asalto en casa. Apenas unos meses antes también habían entrado para robarle, igualmente encapuchados, y se llevaron 30.000 euros.
Según su creencia, volvieron para coger más. Por eso, en la base de su defensa siempre se ha incidido en que actuó en defensa propia, y durante todo este tiempo han reclamado la repetición del juicio.
En la resolución, recogida por El Mundo, se recuerda que el jurado popular, formado por nueve ciudadanos ajenos al sistema judicial, “descartó el homicidio intencional” sin atenuantes, y también que el anciano actuara con la voluntad completamente anulada por el miedo.
Sin embargo, sí dieron por probado "un homicidio bajo afectación grave del entendimiento", aunque solo cinco de los nueve miembros del jurado votó a favor, lo que suponía una mayoría insuficiente para declararlo culpable de homicidio.
A ello, concretamente, se refiere también la magistrada en esta revisión del veredicto: "Esta mayoría insuficiente me lleva a un pronunciamiento absolutorio, descartando el ánimo de matar en la proposición del homicidio doloso", señala en la sentencia, según recoge el citado diario.
Así, destaca además que "no hay prueba suficiente que indique el ánimo de causar la muerte", al tiempo en que recuerda que hubo unanimidad en que no hubo un homicidio con ánimo, conocimiento y voluntad de matar.
Así, aplicando el principio 'in dubio pro reo', es decir, favorecer al acusado ante la duda de la Justicia, la magistrada decreta su absolución.
Por su parte, la Audiencia Provincial sí ha condenado a prisión a los ladrones que le asaltaron, un total de tres. Entre ellos se encuentra el hermano del fallecido, que también estaba involucrado en aquel asalto.
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