Dar nombre a un problema que es estructural y poner en marcha estrategias para solucionarlo es el objetivo del Día Europeo del Sinhogarismo, que se ha celebrado esta semana. En Europa casi 900.000 personas carecen de un hogar. España se ha comprometido, como el resto de la UE, a erradicarlo de aquí a 2030.
En nuestro país se contabilizan entre 28.000 y 40.000 personas que no tienen un hogar donde dormir, un lugar seguro donde reponerse y descansar. La vivienda, un hogar, es el primer paso para poder salir de la calle; porque la vida allí resta esperanza de vida, genera dependencia al alcohol y las drogas, se vive en soledad y se genera un importante vacío existencial.
Así nos lo ha contado Iván, una persona sin hogar que ha conseguido un albergue estable, lo que es casi una excepción porque el 74% de los albergues en España son sólo techos temporales. Desde "Hogar Sí", una organización centrada en ayudar a estas personas, aseguran que cualquiera si se juntan una serie de circunstancias y si no hay una red de apoyo que sostenga, puede acabar en la calle. Y si es difícil salir de ella, mucho más si no se tiene una ayuda, no sólo pan y techo, sino también para encontrar un empleo.
Nati Díaz, técnica de empleo de "Hogar Sí", relata que tienen "interés en salir", pero solos es muy difícil, incluso coger el autobús para ir a una entrevista cuesta dinero y, además, muchas veces los horarios de las entrevistas laborales no son compatibles con los horarios de comedores sociales o albergues. Gonzalo Caro Sagües, director de relaciones institucionales de "HogarSí", asegura que vivir en la calle es "una vulneración de derechos diaria".