Supervivientes de la violencia de género piden más medidas de protección: "Vivo con miedo"

Este año ya son 52 las mujeres asesinadas a manos de sus parejas o expareja. Una decena de las víctimas estaban en el sistema Viógen y habían tenido algún tipo de vigilancia que en algunos casos les fue retirada. Algunas supervivientes de ataques machistas piden más medidas de protección y recursos más eficientes.

Alguna lo hace con el rostro oculto y el nombre ficticio porque ha vencido ya la orden de alejamiento que pesaba sobre su maltratador y tiene miedo. María sufrió maltrato durante 14 años y todo comenzó el día que menos esperaba: "El día de mi boda ya abusó de mí", narra. Una violencia que continuó creciendo hasta no poder sacarlo de su recuerdo.

Antonia y Laura, dos supervivientes a las que el sistema les falló

Un caso similar es el de Antonia, que tras varias denuncias, la única medida cautelar contra su expareja fue que cada uno viviese en una planta de la misma vivienda, hasta que acabó acuchillándola.

Antonia estuvo 14 años con su expareja, pero en 2020 comenzó su calvario de una forma intensa. El 20 de mayo sufrió el primer ataque grave y presentó una denuncia, pero según cuenta ella, no sirvió de nada por la dejadez de las instituciones. Tres meses después, el 10 de agosto, su expareja, tras una medida cautelar de que cada uno viviese en una planta de la misma vivienda, la acuchilló en reiteradas ocasiones. Fue condenado a 13 años de prisión y con la ley del si es si su condena se ha rebajado 3 años.

Laura, nombre ficticio, también pasó 14 años con su expareja, recibiendo malos tratos físicos y psíquicos. Desde que le denunció en 2015 recibe amenazas a diario y teme por la seguridad de ella y su familia. Se venció la orden de alejamiento que él tenía y vive escondida sin salir de casa: "Vivo con este miedo y esta rabia porque no puedo hacer nada, llamas o pones una denuncia y no vale para nada, porque no ha venido y no te ha dado una puñalada, no te ha quemado la casa".

Antonia y Laura son dos supervivientes pero el sistema les falló como a parte de las 1.237 mujeres asesinadas desde el 2003. Tenemos una buena legislación, según los expertos, pero queda mucho por hacer. Falta, en todos los estamentos dedicados a protegerlas, formación, personal y recursos, entre otras cosas y fundamental: una buena valoración del riesgo.