Al taller de "Nuevas masculinidades" del instituto público Bitàcola de Barberà del Vallès (Barcelona) para alumnos de tercero de la ESO se han apuntado voluntariamente dieciséis adolescentes atraídos por la idea de que la clase sea "sólo para chicos".
El encargado de impartirla, el sociólogo Lionel Delgado, reconoce a EFE que algunos alumnos de esa franja de edad, entre los 13 y 14 años, ya sienten "cierto rechazo" por la palabra "feminismo", e incluso llegan a sentirse "señalados" por una herencia patriarcal que no comparten.
Los datos de la última encuesta de la Fundación Fad Juventud con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que se celebra este 25N confirman el aumento del negacionismo del machismo y sus peores expresiones.
No es la única iniciativa. El Ilustre Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental (Copao) ha creado una guía práctica para profesionales que trabajan con adolescentes en el ámbito social y comunitario, con el fin de formarlos para reconocer y asistir a las víctimas de violencia de género.
Uno de cada cuatro hombres jóvenes españoles (el 23 %) considera que la violencia machista "no existe o es un invento ideológico", un porcentaje que ha aumentado once puntos respecto a 2019, cuando lo pensaba así un 12 % de los chicos.
Si bien el 87 % dice reconocer alguna situación de violencia de hombres contra mujeres en su entorno cercano, a la Fad le preocupa el aumento de jóvenes que comparten afirmaciones como que la violencia de género "aunque está mal, siempre ha existido, es inevitable", "es algo habitual en el seno de una pareja" o "si es de poca intensidad, no es un problema".
Los chicos jóvenes de entre 16 y 21 años son el colectivo menos concienciado sobre la violencia de género y un 17% de ellos piensa que obligar a la pareja a tener relaciones sexuales no es violencia, según concluye el IV Macroestudio de violencia de género 'Tolerancia Cero'.
En el colectivo de jóvenes de 16 a 21 años, el 22,6% de los chicos cree que insultar a su pareja no es un acto de violencia de género, lo que supone un 9% más que las chicas de su edad (13,2%) y el doble que la población general (11%).
El 21,5% de los chicos de esta franja de edad no opina que empujar o golpear a su pareja tras una discusión sea maltrato, casi el doble que las mujeres de su edad (11,6%) y más del doble que la media de la población (9,4%). Además, el 20,7% de los chicos de 16 a 21 años no cree que amenazar a su pareja sea violencia de género, un porcentaje que entre las chicas de esa edad es de un 11% y en la población general es una de cada diez personas la que lo piensa.
Según reflejan los resultados de este estudio, un 17% de los chicos jóvenes de 16 a 21 años piensa que obligar a la pareja a tener relaciones sexuales no es violencia, casi el doble de lo que piensan las chicas de esa edad (9,7%) y más del doble que la media de la población general (8%).
Respecto al colectivo de jóvenes de 16 a 18 años, independientemente de su género, el estudio revela que casi el 20% de los encuestados no considera violencia de género empujar o golpear a la pareja tras una discusión, menospreciarla ante familia y amigos (25%), ejercer control económico sobre ella (35%) o dificultarle el estudio o el trabajo (42%).
En el instituto visitado por EFE llevan ya años impartiendo formaciones recurrentes sobre igualdad y los chicos, señala Delgado, tienen "muy claros" conceptos sobre género y sexo o los distintos tipos de discriminación y violencias. Tanto es así que hay quienes incluso ya sufren "fatiga de género", reconoce.
"Algunos sienten rechazo a los conceptos más políticos, como feminismo o patriarcado, pero son los menos, aunque son muy ruidosos y se sienten alentados por los 'youtubers' que propagan la resistencia antifeminista y alientan el victimismo masculino", explica el educador.
Quizá por ello su clase de "Nuevas Masculinidades" atrajo la atención de un puñado de ellos.
"El primer día me dijeron: ¡por fin una clase para nosotros! En los talleres de género solo les hablan a las chicas", cuenta Delgado, quien señala que "para los chavales es importante sentirse escuchados y tener su voz".
El curso forma parte del proyecto "Chavales, ¿nos conocemos? Repensar la Masculinidad desde la Adolescencia" financiado por el ministerio de Igualdad y con la Confederación Nacional de Asociaciones de Estudiantes (CANAE).
El educador destaca que los chicos no quieren ser tratados desde una perspectiva "adultocéntrica" que les hace de menos y que para trasladarles mensajes y valores es importante crear un vínculo y hablar su propio idioma.
Otra profesora del instituto, Noemí Muñoz, que también coordina la asamblea feminista del centro, llama igualmente la atención sobre los "avances" sociales que ven en los alumnos, si bien reconoce que a grandes rasgos chicos y chicas siguen "reproduciendo" roles estereotípicos de género.
"El que maltrata yo creo que es porque se siente inferior o fue educado con la idea de que la masculinidad es más importante que la feminidad. O a lo mejor tiene miedo a que su mujer le deje y por eso la amenaza con matarla si se va", opina Ádam, uno de los alumnos.
Oriol, a su lado, asiente y añade: "Cómo ha crecido una persona tiene mucho que ver con cómo se comporta. A lo mejor ha aprendido que para ser el que tiene más poder tiene que mostrarse agresivo, pero eso solo demuestra que tiene vulnerabilidades".
"A alguien que se sienta así yo le diría de ir al psicólogo y buscar ayuda en la gente que le quiere", sentencia Gonzalo, que se une a la conversación.
Ádam, Gonzalo y Oriol tienen entre 13 y 14 años y se saben "niños", pero su discurso con perspectiva de género es más avanzado que el de muchas personas que les duplican o triplican la edad.
Los educadores apuntan que un ejemplo clave está en cómo reaccionan los miembros de un grupo de chicos cuando uno de ellos tiene una conducta machista, pronuncia un comentario o chiste sexista o incluso envía una fotografía o vídeo denigrante para la mujer.
"Es difícil a veces no reírte y decir que algo está mal. Pero tenemos que aprender a gestionar esas situaciones", apunta Oriol, quien reconoce que en los chats de su móvil a veces hay vídeos que prefiere no ver.
Ádam también apunta que hay chicos que se ríen ante chistes machistas "por miedo a que los critiquen si no lo hacen".
Sobre las fotos con inteligencia artificial que muestran a chicas conocidas en escenas pornográficas y que se han popularizado en algunos centros, el chico muestra su rechazo y empatiza con la chica: "Se debió sentir muy mal, muy dolida".
Preguntado sobre qué puede haber detrás de un chico que se comporta así, valora: "El que lo hace busca la atención porque a lo mejor no le hacen caso en su casa y así busca aceptación y sentirse bien consigo mismo".
Estos alumnos de tercero de ESO, para los que no tiene nada de "raro" ni sus baños mixtos ni su señalizado "baño menstrual" para alumnas y profesoras, creen que su generación marca un punto de inflexión en la conciencia sobre la igualdad.
"Antiguamente se criaba con valores machistas y había gente que pensaba que las mujeres eran menos o tenían menos valor. Se transmitía de abuelos a padres y a hijos y así. Pero ahora yo creo que se ha roto esa cadena y la gente ha cambiado la forma de pensar", concluye el adolescente.
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