La Educación Relacional Fontán (FRE) es un sistema educativo que resulta bastante desconocido para muchos. Este proyecto educativo de auto-aprendizaje formal parte de la realidad de cada estudiante con un proyecto educativo personal, respetando su ritmo individual de formación.
Su implantación ya ha llegado a varias ciudades de Colombia, Estados Unidos, México, Ecuador, Chile y España. Hasta tal punto ha llegado el éxito de este sistema educativo en el que los exámenes y los deberes no existen que la Universidad de Barcelona y la Generalitat de Cataluña han viajado recientemente hasta el Colegio Fontán situado en Cundinamarca, Colombia, para su posible implantación en algunos colegios públicos catalanes.
Julio Fontán, el director de este centro educativo e impulsor de este sorprendente sistema de aprendizaje, ha concedido una entrevista al periódico 'ABC' en el que desvela las claves de este proyecto educativo y explica en cómo funciona y cuál es el éxito y la gran acogida que tiene entre las familias y los alumnos de estas escuelas.
En este sistema educativo que ya cumple 30 años los alumnos no están divididos por cursos, sino por niveles de autonomía. Otro de los detalles que llama especialmente la atención es que no existe un calendario escolar en el que vienen impuestas las vacaciones. Cada familia y cada alumno pueden disfrutar de las vacaciones que quieran a lo largo del año, por lo que hay libre disposición a disfrutar de estos días de descanso.
Sobre el plan académico de los alumnos, el impulsor de este proyecto y catedrático en filosofía rechaza por completo el 'etiquetado' a los estudiantes. "Nadie nos ha dado el derecho a hacer estas distinciones. Hay que respetar que cada niño es único, por tanto, es diferente a los demás y necesita cosas distintas", apunta el filósofo en su charla con 'ABC'.
Al ser cada niño diferente, desde este centro educativo se potencia un plan académico distinto para cada alumno dependiendo de sus necesidades y fortalezas que irá evolucionando según el menor avanza. No obstante, desde este sistema educativo se busca el aprendizaje de los estudiantes de forma autónoma.
"Nuestros alumnos, no el profesor, cada día tienen que planear su jornada en base a sus metas. Es como cuando trabajas. Planear es que ellos sean capaces de comprometer su capacidad de trabajo en el tiempo: ¿hasta dónde me comprometo y qué cumplo? Para poder ganar seguridad y mientras que al principio se ponen metas a corto plazo, pero siempre englobadas bajo un proyecto de vida, a medida que las van cumpliendo, se ponen objetivos a largo plazo, metas más grandes. Es todo un trabajo para que los alumnos vean qué son capaces de descubrir y cómo lo pueden lograr", expone el filósofo colombiano a 'ABC'.
Otra de las claves es que los educadores del centro no se dedican a dar una materia en concreto, los responsables de la educación de los niños están especializados en diferentes ramas como la del pensamiento, otra como la del gestión del conocimiento o la del desarrollo del comportamiento.
Asimismo, los profesores no están constantemente acompañando a los alumnos ya que intentan que los menores vayan convirtiéndose en seres individuales que, según van avanzando, vayan siendo más independientes y vayan necesitando cada vez en menor medida la ayuda de los educadores.
Nada más empezar el día, los estudiantes se reúnen entre ellos en grupo mientras exponen qué van a trabajar y cómo se organizarán la jornada. Una vez finalizado el día, la reunión se reactiva y se exponen qué avances ha conseguido el grupo y qué avances individuales ha conseguido cada alumno. Todo ello se plasma en la plataforma online donde los educadores y las familias pueden seguir los avances diarios de los estudiantes.
En su entrevista con 'ABC', Julio Fontán concluye exponiendo que su modelo educativo rehúye de todo lo instaurado en la educación actual y convencional: "Un alumno no puede estar años de su vida siendo reactivo a todo lo que le mandan, recibiendo premios o castigos, cuando lo que tenemos que buscar es que sean proactivos".