Padres 'antimóvil', una tendencia que crece: ¿será posible prohibirlos hasta los 16 años?
Los expertos no ven con malos ojos prohibir el móvil en las aulas a menores de 16 años aunque ven más complejo hacerlo en todos los ámbitos
Un estudio español demuestra el impacto negativo del móvil en el rendimiento académico y el acoso escolar
Expertos alertan de los efectos del móvil en adolescentes: obesidad, problemas de articulaciones y miopía
La ola de padres antimóvil crece. Más de 40.000 ya han reclamado la aprobación de una ley para prohibir el uso del teléfono móvil a menores de 16 años, edad en la que finaliza la Enseñanza Secundaria Obligatoria. El surgimiento de iniciativas como el grupo de Telegram, "Adolescència lliure de mòbil", liderado por padres y madres de alumnos de primaria en Barcelona que alcanzó miles de integrantes en una semana, refleja la preocupación de miles de padres y madres, que han decidido posponer la entrega de móviles a sus hijos hasta los 16 años. La regulación del uso del móvil se ha convertido en un tema central también en los debates del inicio escolar. De hecho, en Cataluña, la Conselleria de Educació de la Generalitat ya ha impulsado un proceso participativo para regular su uso a partir de 2024.
Padres valencianos lanzaron una iniciativa en change.org para acabar con su uso en los colegios e institutos hasta 2º de la ESO. La Consejería de Educación del Gobierno de Canarias han explicado que la regulación del uso de dispositivos móvil en las aulas es un tema que está sobre la mesa en estos momentos y que se va a abordar, aunque cualquier decisión que se adopte la debatirán previamente con los centros, el profesorado y las familias, con el objetivo de que sea una iniciativa “consensuada” con la comunidad educativa. Más de 30.000 los progenitores se han unido en varios grupos de WhatsApp con el nombre ‘Adolescentes libres de móvil Navarra’ (ALMNa). Fue una madre pamplonesa, de 43 años con tres hijos de 10, 8 y 5, la que creó el primer grupo y de ahí han ido apareciendo otros. Más de 340 familias y docentes se han unido en el grupo de Telegram ‘Logroño, adolescencia libre de móvil’ con el objetivo de “unir fuerzas para hacer frente al problema de las pantallas entre niñas, niños y adolescentes”. Y la lista sigue. El debate sobre el uso del móvil tanto dentro como fuera de las aulas, crece.
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La pregunta es si finalmente la restricción del móvil en las aulas hasta los 16 años se convertirá en una realidad en toda España o incluso si este impulso provocará que el propio Gobierno piense en la necesidad de erradicar el móvil hasta los 16 años más allá de ellas, algo sobre lo que los expertos consultados por Informativos Telecinco no se ponen de acuerdo. Aunque sí parece que ponerle coto, al menos en las aulas, gana enteros y tiene beneficios.
El 47,5% de los niños entre 10 y 11 años tiene móvil y dificultades para dejar de usarlo
Si un alumno tiene su móvil encima de la mesa durante una lección y le llega una notificación, el tiempo medio que tardará en recuperar la atención ronda los 20 minutos. Los smartphones afectan a la capacidad cerebral del estudiante y tiene pocas ventajas cuando se está estudiando porque afectan a la capacidad de retener y procesar información. Los expertos recomiendan a los estudiantes que en época de exámenes finales, tengan apagado el móvil y encenderlo solo en los descansos.
Un estudio de la Universidad de Chicago mostraba cómo los móviles incluso apagados reducen la concentración, y un trabajo financiado por la Comisión Europea alertaba de que el 21,3% de los adolescentes españoles presentaba indicios de adicción a la tecnología. Ante esta realidad, uno de cada cuatro países ya han aprobado leyes o decretos para prohibir su uso en las aulas, señala el último informe GEM 2023 de la Unesco sobre educación y tecnología.
Los datos en España son demoledores. El 47,5% de los niños de 10 a 11 años ya poseen un móvil, y tres de cada cuatro admiten tener dificultades para dejar de usarlo, según datos del Instituto de Infancia y Adolescencia. Además, el último informe de Cáritas revela que el 36,7% de los adolescentes de 12 a 17 años pasan más de 6 horas diarias con el móvil. Ya hay iniciativas que hablan de la necesidad de hacer campañas de prevención como en su día se han hecho contra la heroína y la cocaína. Por no hablar del acoso.
Bill Gates retrasó el uso del smartphone en sus hijos hasta los 14 años, además de poner normas y límites como evitar su uso en la mesa o antes de dormir: Tim Cook, CEO de Apple, ya ha dejado claro que el uso de las tecnologías y la educación no todo vale, debe ser coherente; y en Silicon Valley han vuelto a los lápices, libros y la interacción en las aulas.
En el caso de España, Castilla la Mancha prohibió el uso de móviles sin fines pedagógicos en los colegios (primaria y secundaria) a finales de 2014. Le siguieron Galicia a principios de 2015 y la Comunidad de Madrid en 2020. En el resto de CCAA, la regulación acerca del uso de los móviles queda a decisión de cada centro escolar. Pero la corriente va más allá de las aulas por los efectos perniciosos del móvl -sexting, bullying...- entre los menores.
Jorge Flores, Director de PantallasAmigas: "La presión social por tener móvil no debería guiar a los padres"
Jorge Flores, en calidad de Director de PantallasAmigas destaca que "estamos ante una tendencia surgida de forma espontánea, de familias que se juntan y deciden retrasar la entrega de los móviles a sus hijos. No estamos ante familias antimóvil sino que desean retrasar su entrega".
Pero no es fácil. En una sociedad donde muchos padres helicóptero -sobreprotectores- son incapaces de negar nada a sus hijos, el temor a que el menor sea señalado o aislado por no tener móvil es acuciante. El primer paso podría darse en las aulas. "No creo que suponga un trauma no tener móvil, y la presión social no debería guiar los actos de los padres. Es lo mismo que si un padre cree que su hijo no puede salir en Nochevieja. ¿Le dejas salir para que sea como el resto? Lo más cómodo es darlo, me quedo tranquilo y el niño no sufre y lo tengo localizado, que es una de las justificaciones". El móvil tonto podría ser un remedio para esta necesidad.
Pero yendo más allá Flores pone en la diana otra realidad con la que coinciden otros expertos más proclives a no prohibir sino a educar. "Dar el móvil es el primer paso. A partir de ese momento el padre tiene un trabajo. Esto no es entretener a los hijos con pantallas -que en el mundo de hoy a veces es incluso necesario- si no asumir una obligación. Antes de dar el móvil habrá que sentarse con los hijos para explicarles cómo se usa esa herramienta y los riesgos que tiene porque la supervisión permanente es imposible".
Dar el móvil es el primer paso. A partir de ese momento el padre tiene un trabajo
Antes de dar el móvil habrá que sentarse con los hijos para explicarles cómo se usa esa herramienta y los riesgos
No solo eso. Muchos padres y menores desconocen la responsabilidad que supone el gatillo fácil que es el móvil. "aunque no seas un pistolero -y pocos padres creen que su hijo lo sea- puedes cometer una negligencia y no ser consciente del daño que provocas". Se ve en muchos casos de bullying entre menores.
Muchos padres y menores desconocen la responsabilidad que supone el gatillo fácil que es el móvil
Flores es consciente de la división de opiniones que provoca la prohibición del uso de los móviles en las aulas y más fuera de ellas. "Se dice que lo que hay que buscar es el uso ideal en los centros educativos, pero eso es complicado si no lo logramos en casa. Los docentes ahora mismo están desbordados, si tienen que estar pendientes del buen uso del móvil no hacen su trabajo. Y una parte fundamental de la calidad de la enseñanza es el bienestar docente". Flores incide además en la necesidad de que "nuestros hijos se aburran; nosotros nos hemos aburrido horas y eso ha sido un foco de creatividad. Es bueno que en los patios los niños no tengan móviles y hablen, se relacionen", sentencia.
Los docentes ahora mismo están desbordados, si tienen que estar pendientes del buen uso del móvil no hacen su trabajo
Esther Rincón, profesora del Departamento de Psicología y Pedagogía de la Facultad de Medicina de la Universidad CEU San Pablo considera que estamos ante un "nuevo reto educativo y sanitario", sin precedentes. Informar, educar y entrenar, para prevenir un uso abusivo o adictivo, es uno de los objetivos primordiales de su trabajo, en el que conoce casos de adicciones al móvil severas.
De hecho, su equipo está trabajando en un libro 'Adicción a la tecnología. Guía práctica para padres sobre cómo abordarla y prevenirla', que será publicado en 2024 y con el que los padres tendrán acceso al conocimiento con que cuentan los sanitarios sobre el uso problemático de internet y las pantallas. Rincón cree también necesario incidir en el estilo de crianza y el uso problemático de internet entre los adolescentes, del que ya se han hecho eco estudios.
En cuanto a la prohibición del móvil para menores de 16 años en general considera "que no hay estudios que den argumentos científicos para ello. Sí sabemos que los móviles tienen efectos en los menores de dos años y que hasta los 6 se deben usar con supervisión. Desde un punto de vista psicológico prohibir estímulos los hace más apetitivos. Y más en el caso de las adicciones. No es saludable. Y me parece muy optimista pensar que prohibiendo se va a solucionar el problema. Educar y enseñar estrategias a los padres puede ser más útil", reconoce.
Desde un punto de vista psicológico prohibir estímulos los hace más apetitivos
Rincón diferencia entre el móvil y el uso de las tecnologías. Reconoce que usar estas "genera más fatiga y distracción porque el mito del multittasking no existe". Por eso está de acuerdo en "espacios libres de tecnología" y apunta a los "espacios docentes, donde una de las razones de que los padres apuesten por el móvil, como es el control de los hijos, pierde su sentido, porque ahí están los docentes". Como profesora de universidad, reconoce que los móviles sí son "fuente de distracción".
Rincón, más allá de las prohibiciones, prefiere hacer hincapié en mentalizar a la sociedad de que "el móvil es un elemento complejo, que "puede llegar a ser nocivo si no se usa correctamente" y también "dedicar tiempo a educar a los padres y menores en la prevención. Por eso siempre comento que la edad del móvil depende de cada persona".
No se olvida Rincón del próximo reto que llega, la inteligencia artificial, el aumento de los bulos, y la necesidad de una regulación jurídica al respecto. Sin olvidar al aumento de las adicciones - ya hay una querella en EEUU de unos padres por considerar que el móvil genera adicción-. Enfrentarse a ello sin conocimiento nos dará problemas. "Estamos educando a nativos digitales que, desde un punto de vista conductual, han cambiado los estilos de vida. La docencia debe ser más rápida y hay que educar a padres y menores".
El móvil es un elemento complejo, que puede llegar a ser nocivo si no se usa correctamente
Un estudio español demuestra el impacto negativo del móvil en el rendimiento académico y el acoso escolar
Pilar Beneito y Óscar Vicente-Chirivella, investigadores de la Universidad de Valencia, han elaborado un estudio pionero que ha saltado a las portadas de los diarios más prestigiosos del mundo, entre ellos el NYT y cuyas claves ellos mismos destacan en el blog de la Asociación Libre de Economía.
Banning mobile phones in schools: evidence from regional-level policies in Spain ('Prohibir los teléfonos móviles en las escuelas: evidencia de las políticas a nivel regional en España') evidencia con datos empíricos el impacto negativo del móvil en los resultados académicos. Óscar Vicente-Chirivella, comenta la propia Pilar Beneito a Informativos Telecinco suele recordar lo que supuso prohibir fumar en determinados lugares públicos por salud y cómo la sociedad, tras el impacto inicial, lo aceptó. ¿Puede pasar los mismo con los móviles?
Pilar Beneito, profesora universitaria, reconoce que el móvil "provoca una innegable falta de concentración en los alumnos" -algo que también constata en los mayores de edad-. En su opinión, el uso del smarphones en las aulas "no compensa". "Ya sé que estamos en la era de la información y es complicado ponerle puertas al campo", reconoce, "pero los adultos debemos velar por el interés de los menores". Pilar relata haber conocido cibeacoso a una menor de 9 años que fue grabada en el balo de la escuela, "la destrozaron".
Pero no solo eso. "Profesores de Bachiller que han visto el estudio nos han dado las gracias. Un profesor siempre puede dar luz verde a usar el móvil puntualmente en una actividad, pero el hecho de que estuviera prohibido les daría más control de la situación". Beneito hace hincapié en cómo el móvil ha cambiado el modelo cognitivo de los alumnos que ya ven los vídeos a velocidad avanzada. "Su capacidad de concentración es mínima, les cuesta más leer porque prefieren lo audiovisual", destaca.
El móvil ha cambiado el modelo cognitivo de los alumnos
Los resultados que cabría esperar de una medida como prohibir el móvil son dos: mejorar el rendimiento académico y reducir el acoso escolar. Sin embargo, existen argumentos tanto a favor como en contra de dicha prohibición. Por un lado, se argumenta que los móviles pueden utilizarse como una herramienta didáctica, que motive y divierta a los estudiantes más jóvenes en su proceso de aprendizaje.
Por otro lado, el móvil se convierte en un elemento de distracción constante en las aulas que puede provocar que el nivel de concentración del estudiantado sea inferior al necesario para lograr un buen rendimiento. En relación al acoso escolar, el argumento es muy intuitivo: dado que una parte considerable del acoso entre los más jóvenes es cyberbullying, y que el móvil es la herramienta utilizada para llevarlo a cabo, la retirada del instrumento en los centros debería contribuir a reducir la incidencia del acoso escolar.
Hasta la fecha no somos conocedores de la existencia de ningún trabajo académico que analice el efecto de la prohibición de los móviles sobre el acoso escolar, con la excepción de un documento de trabajo con datos para Noruega (Abrahamsson, 2020). En este trabajo se encuentra que la prohibición puede reducir el acoso escolar en los centros de educación secundaria. En cuanto al resultado sobre rendimiento académico, únicamente existen los trabajos de Beland and Murphy (2016) para el Reino Unido, y de Kessela, Lif Hardardottirb, and Tyreforsc (2020) para Suecia. Los primeros encuentran un efecto positivo de la prohibición sobre el rendimiento académico, si bien los segundos no confirman estos resultados para Suecia. Aun así, las autoridades suecas han sacado las pantallas de las aulas y han vuelto a los libros de texto. El nivel de lectoescritura de los niños suecos se había desplomado desde 2016.
Sin móvil, los resultados académicos en Ciencias y Matemáticas suben, el acoso desciende
En su estudio, Pilar Beneito y Óscar Vicente-Chirivella se fijaron en las Comunidades de Castilla la Mancha y Galicia comparando sus datos de acoso escolar y resultados PISA con los del resto de CCAA antes y después (desde el año 2015 en adelante) de la prohibición de los móviles.
Las conclusiones fueron claras. Teniendo en cuenta los valores medios de acoso escolar previos a la prohibición en cada intervalo de edad, los impactos estimados supondrían unas reducciones significativas de alrededor del 15% y 18% para los estudiantes de 12-14 años y de alrededor del 18% y 9,5% para los adolescentes de 15-17 años, para Galicia y Castilla la Mancha, respectivamente.
En el caso de los resultados académicos, el principal caso de análisis fue Galicia. Después de que los menores no pudieran llevar sus móviles al colegio, "los resultados académicos en matemáticas aumentaron en más de 6 puntos y en más de 8 puntos en ciencias". El móvil, nos confirma Pilar, ha hecho perder entre 0,6 y 0,8 años de aprendizaje en matemáticas y 0,72 en Ciencias.
Los resultados académicos en matemáticas aumentaron en más de 6 puntos y en más de 8 puntos en ciencias sin móvil
Los datos que demuestran que tenemos un problema
Según la encuesta Sociedad de la Información en los centros. Curso 2020-2021 del Ministerio de Educación, el 50,6% de los centros en España permite a los alumnos de la ESO el uso del móvil con fines pedagógicos, y el 57,3% lo hace con estudiantes de bachillerato, mientras que en alumnado de FP básica está en el 50,7%, en el de grado medio en el 60,7% y en el de grado superior en el 63,3%.
En España, los 10 años es la edad media a la que los padres regalan el primer teléfono móvil o smartphone a sus hijos, 3 años antes de lo que ellos mismos consideran apropiado. Incluso así, el 41 % de los padres afirma no tener ningún tipo de control parental. De hecho, si se suman aquellos padres que lo tienen, pero no lo utilizan, el porcentaje asciende hasta el 65 %. Son cifras del III Estudio sobre la percepción del bullying en España, que arrojan luz precisamente sobre la vinculación entre las nuevas tecnologías y el acoso.
El 10 % de los jóvenes encuestados que han sido víctimas de acoso escolar declaran haber sufrido ciberacoso. Por sexos, las chicas siguen siendo quienes más reciben este tipo de bullying (12 %), respecto al 10 % de los chicos. Un 15 % de los niños y jóvenes preguntados afirma que en alguna ocasión se han burlado de ellos en redes sociales o a través de WhatsApp. En el caso concreto de los insultos, un 13 % confiesa haberlos recibido. Un 12% reconoce que el ciberbullying lo han ejercido ellos mismos, afirmando haberse burlado de algún compañero o amigo en redes sociales o a través de WhatsApp.
Pero más terrible aún que todo esto es el desconocimiento. El 53 % de los niños considera que criticar a una persona en privado por Internet no es ciberbullying. Un 42% considera que tampoco es ciberbullying insultar, si el insulto tiene lugar por privado y en Internet. Los porcentajes cambian si nos referimos a hacerlo de forma pública: el 77 % considera que insultar públicamente por Internet sí es ciberacoso.
El 23 % de los menores no considera que publicar o distribuir fotos o vídeos de una persona en Internet sin su consentimiento sea considerado ciberbullying. Sin embargo, esto está tipificado como delito a la intimidad. Un 8 % de los niños y adolescentes encuestados confiesa que se han subido fotos o videos comprometidos suyos a redes sociales o WhatsApp sin su consentimiento. Sí, parece que todos tenemos trabajo por delante.
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