‘Basuraleza’, este es el término creado por el Proyecto LIBERA para nombrar a la basura que dejamos en la naturaleza. Con la unión de las palabras ‘basura’ y ‘naturaleza’ se busca concienciar sobre todos los residuos que acaban en los espacios naturales. Y es que se considera uno de los factores nocivos que intervienen en el cambio global del planeta. Ahora piden que se introduzca en la RAE. Más de 15.000 científicos ya han alertado sobre el empeoramiento de los signos vitales de la Tierra.
El 40% de los residuos que se encuentran en el mar pertenecen a restos de cuerdas y otros desechos vinculados con la actividad pesquera. Un 20% son fragmentos de plásticos, otro 17% son envoltorios y objetos y un 11% son microplásticos, que ya se encuentran en nuestra sangre. Según el proyecto, la basuraleza se está convirtiendo en un vehículo para los microorganismos, lo que puede propiciar la expansión de especies invasoras y de enfermedades.
Este término, utilizado para denunciar los desechos que acaban en la naturaleza, lleva 8.500 menciones en las redes sociales aunque se introdujo tan solo hace cinco años, en 2018. Los fenómenos meteorológicos extremos y las sequías son los primeros avisos de la naturaleza sobre el futuro del planeta. La Convención de Especies Migratorias, la Convención de Biodiversidad Biológica y la Asamblea de la ONU sobre el Medio Ambiente advierten de la importancia de abordar esta problemática para acabar con la distribución de la 'basuraleza' en los océanos.
Un estudio realizado en el año 2020 apunta a que el incremento de plásticos en los mares repuntará de 11 a 29 millones de toneladas cada año. Esto dibuja un escenario imposible para 2040, con casi 600 millones de toneladas flotando en los océanos, comprometiendo la salud de los que viven en el agua y la nuestra. Actualmente, se han identificado cinco zonas de concentración conocidas como "sopas" de plásticos: una en el Índico, dos en el Atlántico (Norte y Sur) y dos en el Pacífico (Norte y Sur).
La cuarta edición de la campaña ‘12 Meses contra la Basuraleza’ fue realizada en dos fases durante el mes de marzo por Mediaset España. El objetivo es realizar un llamamiento a la reflexión e invitar a los espectadores al movimiento en favor del cuidado y conservación de los espacios naturales, la sostenibilidad y la reducción del consumo a través de la reutilización y el reciclaje. Y piden, a través de nuevas creatividades, una llamada directa a la acción.
Esta campaña ha contado nuevamente con la colaboración de los programas e informativos de Telecinco y Cuatro para exponer la importancia de formar parte de este eje de cambio en el cuidado ambiental, sensibilizar sobre la relevancia de la acción ciudadana y la responsabilidad individual y colectiva a la hora de recoger no sólo los residuos propios, sino todos los que cualquier persona se encuentra a su paso,
Una de las principales consecuencias que tiene la ‘basuraleza’ es su papel en los mares y océanos. Entre los residuos que se tiran a la playa se encuentran los microplásticos, que después son consumidos por los animales y la flora de los ecosistemas, ya que absorben estos elementos tóxicos. Pueden provocar incendios forestales e incluso inundaciones, sobre todo si están presentes en los entornos urbanos y en las zonas rurales que obstruyen los desagües.
Así, influyen en la aparición de especies exóticas invasoras y alterar el ecosistema, lo que provoca que las especies que viven en esas zonas acaben migrando y readaptándose en otros lugares. Según la Fundación Aquae, las especies más perjudicadas por este impacto son: el oso marino ártico, el lobo marino californiano, el fulmar boreal, la tortuga verde, la ballena franca y la tortuga boba.
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