La borrasca Aline, que dejó cientos de incidencias en el país, y Bernand, que sembró el caos en Andalucía, han provocado el aumento de la capacidad de los embalses españoles en un 2,3%, unas cifras que no se veían desde la borrasca Efraín de 2022. Ahora, la reserva hídrica se sitúa en un 37,9%. Aunque siguen lejos de la media de hace 10 años, cuando se registró un 48,03%. Según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (miteco), en diciembre del año pasado se produjo una subida del 6,3% de una semana a otra, una cantidad mayor a la actual.
El agua embalsada en España ha ascendido hasta los 21.251 hectómetros cúbicos, lo que muestra cómo las precipitaciones de esta semana han afectado a toda la península. En especial a Vigo, con 286,1 litros por metro cuadrado. Si nos fijamos por comunidades autónomas, las más perjudicadas por la escasez de agua en los embalses son la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía.
Con las intensas precipitaciones que dejaron las borrascas Aline y Bernard, los embalses rompieron la tendencia a la baja que habían encadenado cuatro meses en caída en su capacidad. Esta semana, ha vuelto a experimentar una fuerte subida que ha añadido 1.306 hm³ a las reservas hídricas. Y es que las precipitaciones de ambos temporales fueron casi cuatro veces superiores a las normales.
Por cuencas, destaca la subida del Cantábrico Occidental, que en una semana ha pasado del 71,3 % al 82 %, y aún mayor la de Galicia Costa (del 62,1 % al 78,8 %), así como la leve recuperación de la cuenca del Ebro, que pasa del 34,7 % al 38,9 %. Las cuencas que mejor estado presentan siguen siendo las del norte, con el Cantábrico Oriental al 75,3 %, las internas del País Vasco al 66,7 % y Miño-Sil al 64,3 %; si bien las internas de Cataluña continúan en bajos niveles, al 19,5 %. Junto a las de Cataluña, las cuencas con menor nivel de llenado en estos momentos son Guadalete-Barbate (15,1 %), Guadalquivir (18,6 %), Segura (21,8 %), Mediterránea Andaluza (21,9 %) y Guadiana (24,7 %).
Cataluña comienza a tomar medidas para preservar la calidad del agua en sus pantanos. Así está ocurriendo ya en lugares como en el embalse de Riudecanyes (Tarragona) donde comienzan a retirar la cantidad máxima posible de peces de especies invasoras. Así, evitan la falta de oxígeno y permite aprovechar el poco agua que queda para los municipios de la zona. Tal y como informa ‘National Cat’, se trata de un operativo que va a durar una semana y que se realiza con el objetivo de evitar que las especies mueran y perjudiquen el agua. Las especies invasoras se retiran y las autóctonas son trasladadas a sitios con caudal estable.
La retirada de los peces se realiza con una embarcación de pesca marítima trasladada desde el puerto de Arenys de Mar hasta el embalse. La barca ha sido adaptada con un equipo de pesca eléctrico y, en medida que se van sacando peces, se hace una selección en la misma embarcación. Cuando el depósito de los ejemplares que no son autóctonos está lleno, se lleva hacia la ribera del embalse, donde mueren.
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