Arancha, la joven enfermera de Zamora que murió el pasado lunes tras el ataque de siete perros pastores, ha sido despedida esta tarde por familiares y amigos en su localidad natal, Roales del Pan. Mientras, se sigue investigando lo ocurrido. Muchos se preguntan si hay ya una decisión sobre el futuro de los animales que terminaron con su vida y qué va a pasar con ellos.
Las autoridades están terminando de practicar las últimas actuaciones, dentro de las diligencias, para que el juez pueda cerrar el caso. Esta jornada se ha confirmado que uno de los perros atacantes no tenía ni chip, ni vacuna ni cartilla.
Se estaría valorando sacrificar a los perros que atacaron de forma tan brutal a Arancha (recibió más de 100 mordiscos, según la autopsia). Esta decisión la tomará el juzgado que se haga cargo del caso. El primer paso ha sido poner a los animales bajo custodia de un centro especializado de Valladolid. La localidad de la joven sigue destrozada después de lo sucedido.
Por su parte, el pastor encargado de los perros sigue siendo investigado por un homicidio imprudente y rehusó declarar en la Guardia Civil, que nunca ha recibido denuncias contra los canes. Los agentes tratan de eslarecer cómo se produjo el ataque en La Hiniesta y bajo qué circunstancias.
Un debate generado entorno al suceso es la posible mala cria de los mastines del pastor, lo que podría haber contribuido al ataque. Varios expertos coinciden en que sorprende que los mastiles estuvieran juntos y sueltos junto a otros de otras razas de perros, incluyendo mestizos: "Los mastines solo pueden estar con mastines".