El piloto y ejecutivo de una empresa aeronáutica Álvaro Lapetra, marido de la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, se ha visto obligado este sábado a hacer un aterrizaje de emergencia con su avioneta en el entorno de la Plataforma Logística de la capital aragonesa, sin sufrir daños personales.
Lapetra regresaba a Zaragoza con un alumno en un vuelo de instrucción desde Santa Cilia de Jaca, en Huesca, en un avioneta Yak-52, perteneciente al aeroclub de Zaragoza, y ambos han resultado ilesos tras el aterrizaje forzoso, al parecer por un fallo de motor, ha adelantado el 'Heraldo de Aragón'.
Un incidente que ha confirmado a Efe la propia alcaldesa, quien ha explicado que su marido, que es piloto desde hace 30 años, ha tenido una pequeña incidencia con el motor y ha realizado ese aterrizaje de emergencia.
"Él está perfectamente y se ha quedado en un pequeño susto que se ha podido subsanar", ha señalado.
Fuentes de la Delegación del Gobierno en Aragón han confirmado a Efe de que el aparato ha tenido que tomar tierra en torno a las 13.00 horas del sábado 21 de octubre fuera de pista del aeropuerto de Zaragoza, en el entorno de la Plataforma Logística, sin que se hayan producido daños personales ni materiales.
Por otra parte, el puesto de control del aeropuerto de Garrapinillos ha confirmado al periódico 'Heraldo' el aterrizaje de emergencia. "Como marca el protocolo, ha comunicado tres veces la señal de emergencia ‘mayday’ cuando estaba haciendo la maniobra de aproximación a la pista", explicaban al periódico aragonés.
En sus declaraciones al medio de comunicación, Ángel Herrero, presidente del Aeroclub de Zaragoza, ha informado de que la aeronave es "un clásico restaurado, utilizado por el ejército ruso en la formación de sus pilotos de combate antes de acceder a los reactores".
Por último, se ha podido conocer que el marido de la alcaldesa de Zaragoza ha realizado la maniobra de emergencia bajo un absoluto control. "Ha conseguido aterrizar de forma controlada, lo que tiene su mérito. He hablado después con él, que es un señor piloto, y estaba tranquilo y sereno", apuntaba el presidente del Aeroclub de Zaragoza.