Seis de las personas heridas durante el incendio registrado en un edificio en Vigo este pasado miércoles, en el que murieron tres niños y su madre, continúan hospitalizadas en diferentes centros sanitarios gallegos, dos de ellas en estado crítico.
Cinco de ellos permanecen en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del Hospital Ribera Povisa del municipio pontevedrés. Además de los dos críticos, otros dos tienen una evolución "muy favorable" y un paciente sigue con pronóstico reservado.
Por otra parte, la niña de ocho años, hermana de los tres menores fallecidos, que está ingresada en la UCI del Hospital Materno-Infantil Teresa Herrera de A Coruña, se encuentra estable dentro de la gravedad.
El incendio se desató de madrugada y los bomberos apuntan a que se inició en el vestíbulo. El origen de las llamas, que se propagaron rápidamente, pudo ocurrir en el cuadro eléctrico. También subrayan que ellos llevaban tiempo advirtiendo del mal estado del inmueble.
A pesar de que los vecinos señalaron en un principio que el fuego fue intencionado y culparon directamente a un varón que vivió en el edificio y que fue expulsado "por conflictivo", el delegado del Gobierno y las fuentes policiales han matizado que es prematuro confirmar esa hipótesis, mientras los investigadores siguen trabajando.
En concreto, la Policía Nacional ha informado de que no se ha llevado a cabo "ninguna detención" ni se prevé, por el momento, ningún arresto, aunque no ha descartado ni ha confirmado que haya intencionalidad en los hechos.
Además de las cuatro víctimas mortales, los servicios sanitarios atendieron 'in situ' a siete ciudadanos, una de las cuales solicitó el alta voluntaria. Asimismo, nueve personas fueron trasladadas inicialmente a centros hospitalarios.