¿Qué peligros pueden esconder los cosméticos que usamos en la rutina diaria?

La lucha contra la edad y el querer vernos siempre bien son dos de las batallas que los miembros de la sociedad actual pelean cada día. De ello se aprovechan las empresas fabricantes de cosméticos, diseñando diferentes productos que buscan mejorar nuestro aspecto diario. Sin embargo, es posible que no hayas echado un vistazo en profundidad a los componentes y posibles repercusiones del uso de estos productos, puesto que en ciertos casos no son tan recomendables como podría imaginarse de primeras.

El problema viene por el simple hecho de que lo que nos ponemos sobre la piel, acaba dentro de nuestro organismo en la mayor parte de las ocasiones. En concreto, según los especialistas, hasta un 60% de los compuestos que ponemos en contacto con esta capa de nuestro organismo, son absorbidos por ella e incorporados al torrente sanguineo. No se trata además de suposiciones, sino que hay hasta sentencias en el pasado que dan fe de estos problemas.

En 2018 Johnson & Johnson tuvo que pagar varios miles de millones de dólares en daños, tras una demanda colectiva que afirmaba que en sus polvos de talco había elementos que podían causar cáncer de ovarios. En otro sentido, L’Oreal también perdió una demanda por falsedad en su publicidad, ya que su claim era “solo con ingredientes naturales”, y no era el caso.

Los ingredientes peligrosos en tus cosméticos

La lista de ingredientes tóxicos usados en cosméticos es larga, hasta el punto de que un estudio realizado, que siguió una cesta de la compra de 12 productos de cuidado personal diario en mujeres, encontró 168 ingredientes químicos distintos, muchos de los cuales son potencialmente peligrosos. 

Hablamos de productos químicos como los siguientes:

  • Parabenos: Usados más frecuentemente en productos de preservación de la piel y cosméticos. Se les relaciona con cáncer, reducción de la fertilidad y más.
  • Ftalatos: Mejora la duración de las fragancias, y aunque no son dañinos por sí solos, al descomponerse en el hígado si puede causar potenciales problemas para la salud.
  • Formaldehido: Es usado para preservar mejor ciertos productos de cuidado personal. Puede producir irritación el la piel, ojos, nariz o garganta, además se ser un producto cancerígeno. 
  • Sulfatos: Se usa en diversos productos de cuidado personal, incluyendo champús. Su problema es que elimina la grasa por completo, eliminando también la natural de nuestra piel, lo que implica sequedad e irritación.
  • Talco: Se trata de un producto que absorve la humedad, pero que en su forma natural puede contener asbesto, lo que aspirado tiene la posibilidad de producir cáncer de pulmón.
  • Triclosan: Se  encuentra en pastas de dientes, jabones de manos, espuma de afeitar, y tiene propiedades antibacterianas. Tiene efectos dañinos para la salud y medioambiente, y su uso se ha limitado a una concentración máxima del 0.3%.

El uso puntual de los productos cosméticos y de cuidado general que contienen estos productos no va a causar perjuicios para nuestra salud de forma inmediata, sino que es su utilización continuada y su efecto acumulativo lo que debería preocuparnos. 

La mejor opción es tratar de evitar los productos que incluyan este tipo de químicos de nuestra lista de la compra y de nuestros organismos, ya que existen alternativas en todos los casos que no incluyen estos compuestos. Nos referimos a productos que usan ingredientes extraídos de plantas, fragancias no tóxicas, con conservadores naturales, etc. Al final queda en nuestras manos, como usuarios y consumidores, ser responsables y utilizar los productos de belleza y cuidado personal que no supongan un riesgo potencial para nuestra salud. La elección final depende únicamente de nosotros, y de lo concienciados que estemos de este problema.