¿2023 marcará un antes y un después en el calentamiento global?: causas que pueden explicar la aceleración del proceso
2023 está batiendo récord de calor, y por un margen nunca visto: explicamos las causas posibles de esta "nueva fase" del calentamiento del planeta
Los científicos apuntan varias: el calentamiento de los océanos, la reducción del albedo, la reducción de las emisiones de azufre, El Niño y el volcán Hunga Tonga
En 2020 se frenó la emisión de aerosoles de azufre de los barcos en el hemisferio norte, que evitaban la llegada de parte de la radiación solar a la superficie
Septiembre de este año ha supuesto un salto sin precedentes en la temperatura del planeta. Se ha cerrado con una temperatura media global de 16,38 grados centígrados. Eso supone 0,93 grados más que la media registrada en ese mismo mes entre 1991 y 2020. Es la anomalía cálida más alta en un mes de septiembre desde 1940. Y son 1,75 grados más que la media de septiembre en la era preindustrial (1850-1900).
¿Qué significa todo esto? Que septiembre de 2023 se ha convertido en el septiembre más cálido jamás registrado, y por “un margen enorme” con respecto a la media histórica.
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Pero es que además, este septiembre más cálido se suma a junio, julio y agosto. Todos los meses de este verano han sido los más cálidos de su serie, a nivel global. Y esto no acaba aquí: los científicos del clima ya apuntan que octubre puede seguir su estela. De momento, ha comenzado igual que acabó septiembre, batiendo récords en muchas partes del planeta.
En lo que va de año, la temperatura media global está 1,40 grados centígrados por encima de la temperatura media preindustrial (1850-1900).
Esto hace pensar a los científicos que el año 2023 está marcando un antes y un después en el calentamiento global, que estamos pasando a una nueva fase. Ya no es que se aceleren sus efectos - algo que estamos viendo desde 2010 - sino que estaríamos entrando en una nueva etapa. Quizá esa de la que hablaba Guterres hace unos meses, cuando advertía de que "ha llegado la era de la ebullición global".
¿Por qué ahora? ¿Cuál es la causa? ¿Qué factores pueden estar detrás de este salto tan brusco y exponencial en el calentamiento global? Climatólogos y meteorólogos coinciden en que son los efectos del cambio climático, pero dentro de eso, apuntan varios factores concretos.
Una compleja ecuación con varios factores
El físico de AEMET Juan Jesús González Alemán enumera varias cosas que pueden estar confluyendo: “El fenómeno de El Niño, aerosoles, posibles retroalimentaciones/reajustes internos en el sistema climático, el volcán Hunga-Tonga...”. Aunque “lo que está claro”, advierte, “es que el forzamiento antropogénico con los gases de efecto invernadero juega un papel fundamental en estar donde estamos, como telón de fondo”.
El meteorólogo de Meteored José Miguel Viñas apunta algo parecido, que lo que hay detrás de todo esto es una compleja ecuación, con distintas variables.
El climatólogo Leon Simons también cita varios de estos factores, como el calentamiento de los océanos y el consiguiente transporte de ese calor a la atmósfera, que tarda meses en manifestarse. O el frenazo en la emisión de aerosoles, que en su opinión, es el factor más importante.
Simons apunta que la (todavía mayor) aceleración del calentamiento desde el año 2020 se debe al cambio en la composición de los combustibles marinos, por los cambios en su normativa. Se frenó la emisión de aerosoles de azufre, que evitaban la llegada de parte de la radiación solar a la superficie.
Lo que está ocurriendo ahora podría deberse, en gran parte, a lo que él llama “shock por terminación de aerosoles”. ¿En qué consiste?
"Shock por terminación de aerosoles": ¿está ocurriendo?
Simons lleva tiempo advirtiendo a través de su cuenta de Twitter que “el calentamiento global se está acelerando”. Y al tratar de explicar las causas, lleva tiempo apuntando esto: “Durante décadas, esta zona se ha mantenido relativamente fresca debido a las emisiones de azufre de los barcos. Pero esto cambió en 2020”.
Explica Simons que “el 1 de enero de 2020 entró en vigor la nueva regulación del transporte marítimo, que reduce la cantidad máxima de azufre (SO2) en los combustibles para el transporte marítimo, del 3,5% al 0,5%. A partir de 2020 vemos un rápido aumento en la cantidad de radiación solar absorbida por la región resaltada anteriormente” en el mapa (el hemisferio norte).
“Si esta tendencia continúa, podría significar que las latitudes medias del hemisferio norte (donde vivimos muchos de nosotros) se calentarán mucho más rápidamente. También podría afectar los sistemas climáticos globales y regionales, como los monzones. Es probable que haya condiciones climáticas más extremas”.
Eso lo decía en marzo de este año. Dicho y hecho. Hemos pasado el verano más cálido de la historia en el hemisferio, con olas de calor extremo nunca vistas en intensidad y duración, oleadas de incendios devastadores a uno y otro lado del Atlántico, y hasta un Medicane en el Mediterráneo. El verano parece no acabar, este año, en el hemisferio norte. Y el otoño promete ser igualmente histórico.
Dos años advirtiendo de una "aceleración de la tasa de calentamiento"
Pero esto no es nuevo. Simons ya advertía de ello en 2021, en un estudio presentado en noviembre en la 'Conferencia Anual sobre Ciencia de Aerosoles'. Hablaba entonces del “impacto climático de la reducción de los aerosoles del sulfato atmosférico y el riesgo de un shock de terminación”.
“Una reducción significativa de los aerosoles de sulfato atmosférico contribuye a la reducción del albedo, a la aceleración de la tasa de calentamiento de la Tierra y podría provocar un shock por terminación del aerosol”, explicaba entonces.
“El calentamiento global hasta la fecha es causado por los gases de efecto invernadero, pero las emisiones de azufre lo enfrían unos 0,5 grados centígrados, ocultando parte de ese calentamiento”, explicaba. Y recordaba que esas emisiones del transporte marítimo se habían reducido ya, entonces, “un 80% desde 2020, según la Organización Marítima Internacional”.
Simons advertía de que “en las últimas dos décadas se ha producido una disminución del albedo y un aumento de la absorción de calor planetario, coincidiendo con una disminución de las emisiones antropogénicas de azufre”. Y “esta tendencia podría acelerarse aún más, con más reducciones de emisiones de azufre. No se puede excluir un shock por la terminación de los aerosoles, mediante el cual las rápidas reducciones antropogénicas de las emisiones de aerosoles causen un rápido calentamiento global”.
Dos años después de avisar de todo esto, la realidad parece darle la razón. Simons recuerda ahora que es lo que puede estar ocurriendo en estos últimos meses. Aunque se sumaría a los demás factores apuntados.
Reducción del hielo, reducción del efecto albedo
Entre todos ellos, González Alemán destaca uno: la reducción del denominado “efecto albedo” (el reflejo de la radiación solar) como consecuencia de la reducción del hielo polar. En su cuenta de Twitter, el físico de la AEMET recuerda que “el hielo marino global ha descendido de forma brusca en los últimos meses. Estamos en valores históricamente bajos y de lejos respecto a otros años”, y recuerda que “esto disminuye el albedo, la energía que la Tierra refleja del Sol, aumentando, por tanto, la energía del sistema climático”.
Recuerda este científico, al igual que los demás, que habrá que estudiar bien lo que está ocurriendo antes de poder achacarlo a una causa u otra, o ver qué peso tiene cada una. Pero todos ellos coinciden en dar más peso a unas que a otras.
¿Y el vapor del Hunga Tonga?
Por ejemplo, el vapor de agua emitido por el volcán Hunga Tonga es otro de los factores que pueden estar detrás de esta aceleración tan repentina y tan intensa del calentamiento. Pero meteorólogos y climatólogos coinciden en que no sería lo que más está influyendo.
El volcán hizo erupción en enero de 2022, pero los científicos llevan advirtiendo desde entonces de que los 146.000 millones de litros de vapor de agua que expulsó a la atmósfera podrían llegar a alterar el clima de la Tierra durante los cinco años posteriores a la erupción.
El propio González Alemán aclaraba, hace unos días, que no se puede culpar al volcán de lo que está ocurriendo. “No es el principal culpable de todo esto, como ya se ha analizado por diversos estudios. En el caso de contribuir, se ha determinado que es potencialmente despreciable. En torno a 0.035°C del calentamiento global”.
Suma y sigue: queda lo peor de El Niño
En cuanto al fenómeno de El Niño, los científicos del clima llevan tiempo avisando de que este será potente. Se formaba en el Pacífico a comienzos del verano, y aunque creen que puede tener parte de culpa en lo que está ocurriendo, advierten de que sus efectos los notaremos más en los próximos meses, durante este otoño-invierno y todo el año 2024. ¿Cuáles son? Una subida 'extra' en la temperatura del planeta, que viene a añadirse a todo lo demás.
Simons calcula que nos quedan por ver muchos récords de temperatura todavía, durante el próximo año y medio, como consecuencia de la traslación de los récords alcanzados por los océanos hace unos meses. Ya entonces, en abril, los climatólogos advertían de que, con el extremo e insólito calor acumulado en el mar, entrábamos en “territorio desconocido”. Puede que estemos empezando a explorarlo.