Francia está viviendo una emergencia sanitaria a nivel nacional tras detectar una plaga de chinches. Era la misma primera ministra de Francia, Élisabeth Borne, la que consideraba este martes que la plaga de chinches que invade a varias ciudades del país es "un calvario" para los afectados y anunciaba la creación de un observatorio dedicado a este fenómeno. El Ayuntamiento de París, una de las ciudades más densas de Europa, está especialmente preocupado por el alcance de este problema a menos de un año de la celebración de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos en el verano de 2024.
De la misma manera, los vecinos de Barakaldo, en Bizkaia, llevan un mes mirando con gran recelo a las llamadas chinches apestosas. La aparición de estos desagradables insectos genera el disgusto entre los ciudadanos de Barakaldo, especialmente entre los vecinos del barrio de Cruces que aseguran que pueden llegar a cazar hasta cincuenta de estos ejemplares en solo una hora.
En el caso de Francia, las chinches que han proliferado por el país son las llamadas 'chinches de cama'. Estos minúsculos parásitos del tamaño de una pepita de manzana se alojan en los colchones, almohadas, sábanas y otras ropas de cama. Se alimentan mediante picaduras, especialmente por las noches.
De acuerdo con el último conteo oficial, que data del mes de junio, el 11 % de los hogares franceses estaban afectados por los chinches de cama. Son un auténtico calvario para los que lidian con ellos. La infección de una vivienda puede ser un infierno para los que viven allí, además de ser costoso
Por su parte, las chinches apestosas que han llegado hasta Barakaldo son insectos de color marrón que no pican y que son totalmente inofensivas para las personas. Sin embargo, cuando se sienten amenazadas generan un olor muy desagradable. Son de origen asiático y, ahora que se preparan para la hibernación, buscan persianas o recovecos de ventanas para resguardarse del frío e hibernar.
El principal inconveniente de estos insectos es el olor que emiten cuando se sienten amenazadas. Expulsan un olor repugnante, una especie entre el limón, hierba y cianuro que se puede extender por toda la casa.
Según apuntan los expertos, estos ejemplares conocidos científicamente como 'halyomorpha halys' proliferan con el calor y si están cerca de zonas verdes.