Es ley de vida que a medida que cumplimos años nuestro cuerpo se resiente de diferentes maneras, haciendo que lo que una vez fue sencillo para nuestro yo joven, acabe siendo toda una odisea difícil de alcanzar cuando ya estamos entrados en edad. Al fin y al cabo hacemos un uso constante de todo nuestro cuerpo, lo que produce un desgaste continuo en huesos, articulaciones, tendones y músculos. Si a esto, además, le añadimos traumas en forma de caídas, con todos los riesgos que estas situaciones conllevan, el resultado el un cóctel desgraciadamente explosivo para los mayores.
Como el desgaste por uso de nuestro propio cuerpo es complicado de evitar, incluso tomando precauciones, vamos a centrarnos en las situaciones más fáciles de evitar: las caídas. Estas son, a la postre, una de las principales responsables de las pérdidas de calidad de vida en edades avanzadas. Accidentes tan simples como tropezar con una alfombra o resbalar en suelo mojado pueden cambiar drásticamente nuestra vida si, al caer, nos rompemos un hueso. Esta es, por desgracia, una situación que viven miles y miles de mayores cada año.
Según las estadísticas, uno de cada cuatro mayores de 65 años se caerá cada año, y ese riesgo aumenta conforme seguimos cumpliendo años. Por eso es especialmente importante que se tomen las medidas necesarias para minimizar el riesgo de sufrir este tipo de accidentes. Por supuesto, para saber cómo evitar las caídas, primero debemos ser conscientes de por qué nos caemos más cuando somos mayores.
No hay una solución mágica que reduzca de inmediato el riesgo de caer en los mayores, pero sí que existen una serie de hábitos que pueden ayudar a que estas personas tengan menos posibilidades de caerse, ya que la mayor parte de las veces las caídas no pasan sin una razón para que ocurran… Aunque sí que es cierto que en ocasiones pueden llegar a ser inevitables.
En líneas generales la mejor forma de evitar las caídas en los mayores es que gocen de un estado físico óptimo. Esto para porque sean físicamente activos, con un plan de ejercicios regulares que les ayuden a ejercitar músculos, articulaciones y tendones, sin olvidarnos de incluir ejercicios que les ‘obliguen’ a cargar con su propio peso, como subir y bajar escaleras - a su propio ritmo, eso sí-. También puede ser interesante incluir ejercicios de equilibrio y fuerza, para lo que disciplinas como el Yoga, Pilates o Tai Chi pueden ser de mucha ayuda.
Otro aspecto a tener en cuenta es que el cuidado con la salud y el entorno de los mayores debe extremarse cuanto mayores sean. Nos referimos a detalles como tener una casa que no invite a la caídas, seguir las pauta y revisiones médicas establecidas por los facultativos, evitar el alcohol o dormir lo suficiente. Se trata de tareas relativamente sencillas que reducen sensiblemente el riesgo de caídas en las personas de más.
Además hay una serie de medidas de precaución que podríamos considerar nimias, y que podemos tomar conscientemente, y que también tienen importancia. Cosas como prestar atención al calzado que llevamos, quedarnos en casa si el clima es malo y pudiera suponer un riesgo, tratar de mantener nuestras manos libres para amortiguar posibles traspiés, levantarnos despacio de la cama o del asiento… Y, por supuesto, si no nos sentimos seguros al andar, usar un dispositivo de ayuda acorde a nuestras necesidades: bastones, andadores, etc, están ahí para ayudarnos.
Como vemos hay mucho que podemos hacer para evitar caernos cuando ya empezamos a tener ciertas dificultades para movernos, por lo que también conviene tener en mente lo que debemos hacer si sufrimos este tipo de accidente: