Niña de 6 años sistemáticamente acosada sexualmente por otros 3 compañeros, de la misma edad, durante el recreo. La bajaban la ropa íntima y arañaban sus partes íntimas. Es una de las noticias más sorprendentes y pavorosas que hemos sabido en una semana en la que se ha desvelado también una moda creciente: deepfakes o montajes sexuales de compañeras desnudas. Todos estos delitos han sido cometidos por menores de edad.
La Fiscalía General del Estado alerta de que las agresiones sexuales cometidas por menores han aumentado un 116% desde 2017. Estamos ante una realidad oscura de la que no podemos apartar la mirada. La pregunta es qué se esconde tras estas agresiones a estas edades tan tempranas y qué pueden hacer los padres para enfrentarse a estos hechos. Beatriz Alegre, trabajadora social y sexóloga habla para la web de Informativos Telecinco y lanza un reto mayúsculo. "Hay que hablar a los menores de abuso sexual a los 8 años y sus consecuencias. Los niños aprenden a hablar de ciertos temas más escabrosos con total naturalidad".
Hay muchas preguntas que hacerse para poder llegar al origen del comportamiento de estos tres niños de 6 años que han agredido a su compañera, ¿hay un problema de género?, ¿los niños están repitiendo lo que ellos están viviendo o viendo?, ¿a qué se puede deber este tipo de agresión sexual si se puede considerar como tal?
"Los niños a partir de los cuatro o cinco años, los menores empiezan a explorar sus cuerpos. Habría que investigar si los niños lo consideraban un juego a través de entrevistas. Es complejo"
"Es muy difícil que ellos hayan buscado un placer sexual. Con esas edades no experimentan deseos sexuales. En muchos casos en los que los niños, sobre todo los más pequeños, agreden sexualmente, tiene mucho que ver con que lo estén experimentando ellos"
"La educación es la base, tanto en casa como en la escuela. Como padres y madres debemos de ofrecerles un entorno seguro donde sean escuchados y no tengan miedo a contar. Hablar con los niños de sexualidad desde pequeños es importante. Lo que tienen que saber es que su cuerpo forma parte de lo que consideramos intimidad, que ninguna persona puede tocarlo, a no ser que sea papá o mamá. Tú no puedes tocar el cuerpo de nadie sin que sea consentido"
Cuando ya tienen más de edad, ocho o nueve años, hay que sacarles el tema y decirles que existe el abuso sexual, conocer cuál es su opinión. A veces funciona poner las noticias y hacer un pequeño debate en familia. Que no lo vean como algo de lo que no se puede hablar. Los niños aprenden a hablar de ciertos temas más escabrosos con total naturalidad. También que sepan las consecuencias reales de lo que puede pasar si ellos lo hacen."
"Las podemos dividir en las señales físicas, que es lo que vemos por fuera y también en señales de comportamiento. En cuanto a las señales de comportamiento, el niño cambia radicalmente de forma de ser. De repente, es más tímido, si era un niño más abierto, se empieza a aislar. No quiere ir al colegio o no quiere salir incluso de la habitación. Claro, el entorno de fuera es peligroso.
Hay niños que, de repente, de ser encantadores pasan a ser muy agresivos. En cuanto a las conductas sexuales, pueden volverse obsesivas, buscan constantemente el contacto, se masturban compulsivamente. El caso de orinarse en la cama es muy frecuente. Muchas veces se autolesionan, como están tan frustrados y no saben qué pasa, pues a veces te dan cortes o incluso si quieren morir. En cuanto a las señales físicas aparecen desde infecciones vaginales por el contacto con los genitales o moratones en la vulva."
"Cualquier persona que conozca algún caso está en la obligación de denunciarlo. En los centros escolares el protocolo al detectar algún caso se debe informar al orientador, además de a las familias. Si hablamos de abusos sexuales, entonces, se da parte a Fiscalía de Menores. Aquí entrarían en el entorno los servicios sociales, con entrevistas y demás. Hay que mejorar estos protocolos. Los profesores a veces no se lo creen y otras veces culpan a los niños o no los escuchan. Tiene mucho que ver con su saturación. No les estoy justificando, pero también tiene mucha falta de formación. A veces no se atreven a ir más allá porque es un tema muy complejo, no quiere meter en la pata. Entonces, habría que ponerse las pilas un poco, tomarse muy en serio estos casos porque estamos viendo que hay muchísimo y cada vez más."
"El año pasado la Fiscalía de Menores habló en un aumento de un 40% de agresiones sexuales entre menores. La pregunta es ¿por qué los niños y niñas tienen como estos comportamientos de repente, sobre todo en manada?
Antes la figura del violador permanecía oculta. Ahora actúan en grupo porque se sienten más reforzados, y muchas veces, en actos como las agresiones sexuales, tristemente buscan llamar la atención de los demás. Las redes sociales tienen culpa, hay que hacer algo con ellas. Se está viendo que muchos chicos y chicas no agreden sexualmente porque quieran agredir, sino porque lo quieren subir a la red y compartirlo, les parece gracioso.
No ven el alcance de las consecuencias que va a tener. No lo hacen por esa necesidad sexual que puede tener un enfermo sexual, un violador, sino por la necesidad de notoriedad que les ofrecen las redes. La pornografía tiene mucha influencia en cuanto al trato vejatorio hacia la mujer."
"Soy consciente de que hay mucha gente en contra de la educación sexual. Precisamente porque no saben de lo que vamos a hablar. Mi idea sería educación sexual obligatoria en todos los centros escolares públicos. Con los más pequeños trabajas estas cosas de cómo es mi cuerpo, cuáles son las partes de mi cuerpo, el trato los entre chicos y chicas, los estereotipos de género. Eso es sexualidad.
Pero no es el sexo que enseñamos en secundaria, ahí ya empezamos a hablar de los comportamientos entre los niños y las niñas. Ahí ya trabajas un tema de la igualdad, trabajas un tema de la violencia de género y todo tiene que ver con la educación sexual. Cuando los padres se llevan las manos a la cabeza, que estén tranquilos, no vamos a hablar de porno. La base está en la educación, pero la educación desde el centro escolar, la educación desde las familias y la formación a los profesionales que trabajan con los menores.
Por ejemplo, una chica que esté de monitora de campamento de verano tiene que tener unas nociones básicas de, por ejemplo, de saber cómo detectar abusos sexuales. Las estrategias de prevención ya serían para los trabajadores sociales, pero es algo básico, como los que tienen que aprender primeros auxilios. Y desde el Gobierno, más implicación, porque la cifra es escandalosa. Uno de cada cuatro niños va a sufrir algún tipo de agresión sexual a lo largo de su desarrollo."