La extenista Arantxa Sánchez Vicario no entrará en prisión tras alcanzar un acuerdo con la Fiscalía y con la acusación particular del Banco de Luxemburgo por el que, como máximo, será condenada a dos años de prisión por urdir un plan junto a su exmarido, Josep Santacana, para evitar el pago de una deuda. Un exmarido, que hoy ha negado dar órdenes a los gestores como afirmó ella.
Tanto la Fiscalía como la acusación han rebajado de cuatro a dos años la petición de pena para la exdeportista en la cuarta sesión del juicio celebrada este viernes en el Juzgado Penal 25 de Barcelona.
El letrado de la defensa de Arantxa Sánchez Vicario ha aceptado la pena de dos años que le solicitan las dos acusaciones y ha pedido la suspensión del ingreso en prisión en caso de que finalmente sea condenada, algo a lo que la Fiscalía y el banco no se han opuesto.
En el caso de Santacana, tanto la Fiscalía como la acusación particular ejercida por el banco mantienen la petición de cuatro años de cárcel.
El exmarido de Arantxa Sánchez Vicario, Josep Santacana, ha declarado este viernes en el juicio por alzamiento de bienes y ha dicho que la extenista "tuvo la voluntad desde el primer momento de pagar su deuda", aunque ha negado que él diera instrucciones a los gestores.
Durante su declaración en el Juzgado Penal 25 de Barcelona, Josep Santacana ha asegurado que en ningún momento se benefició del patrimonio de su exesposa y, ante la pregunta de su abogado sobre si "en algún momento ha llevado a cabo alguna operación o asesorado a Arantxa Sánchez Vicario con la finalidad de ocultar su patrimonio", lo ha negado.