Llegó el día. Este martes ha arrancado en Barcelona el juicio contra Arantxa Sánchez Vicario y su exmarido, Josep Santacana, por un presunto delito de alzamiento de bienes por el que se enfrentan a una pena de hasta cuatro años de prisión por ocultar su patrimonio a través de un testaferro para evitar pagar al Banco de Luxemburgo una deuda de 7,5 millones de euros. El juicio se alargará hasta este viernes 15. La tenista ha dado la sorpresa al pedir declarar y reconocer los hechos. La expareja -que no mantiene ningún tipo de relación y están inmersos en una guerra judicial paralela en Estados Unidos por su divorcio- han llegado minutos después de las 9:00 horas por separado y acompañados por sus respectivos abogados.
Minutos después ha sido su exmarido, acompañado a su vez por su letrado Juan Segarra, el que ha llegado al juicio con una actitud muy diferente a la de Arantxa. "Buenos días. Afronto el juicio bien, con tranquilidad" ha explicado, asegurando que no se arrepiente "de nada". Y es que Josep Santacana intentará salir absuelto del proceso, argumentando que nunca engañó ni se benefició económicamente de la extenista, que ya era "insolvente" cuando se casaron.
La Fiscalía, sin embargo, detalla en su escrito que la exdeportista actuó "bajo las consignas de su marido" una vez se le notificó la reclamación de la deuda con el Banco de Luxemburgo en julio de 2010. El fiscal sostiene que ambos "idearon un plan consistente en descapitalizar su numeroso patrimonio, frustrando de este modo el cobro de dicha cantidad", por el que vaciaron sus cuentas corrientes.
Arantxa, que hace dos años dio un paso al frente, asumió su responsabilidad y aseguró que había sido víctima de su exmarido -que le habría dado instrucciones para deshacerse de sus bienes y evitar así el pago millonario al Banco de Luxemburgo- se ha mostrado muy seria y visiblemente nerviosa. Y no ha podido evitar llorar en su declaración.
Arantxa ha declarado que su "marido llevaba todos los temas. A raíz de todo lo que he visto me he arrepentido y he reconocido los hechos. Quiero que se sepa la verdad. No la pagué porque mi marido dijo que no lo hiciera. No tengo conocimiento ni de patrimonio ni sociedades. Me fie de mi marido. Al principio gestionaba mi patrimonio mi padre y a partir de 2009 lo gestiona mi marido", ha declarado, dejando claro que ha pagado ya 1.9 millones de euros.
Sobre el cambio de versión -testificó diciendo que gestionaba su patrimonio su padre y luego cambió diciendo que fue su marido, ha señalado que "no tenia conocimiento. Me fie de mi marido y después me arrepentí. Él me obligo a decir eso. Me dijo que él se encargaba de todo. Tenía conocimiento. Yo solo me dedicaba a jugar al tenis".
Lo que considera la Fiscalía es que hicieron "desaparecer" el dinero que Sánchez Vicario había cobrado en créditos y por reportajes en medios de comunicación, y el fiscal expone que la tenista era propietaria y beneficiaria de al menos cinco empresas y titulares de varios bienes inmuebles que, después de notificársele la deuda con Hacienda, pasaron a estar a nombre de una sociedad uruguaya. Así, "realizaron numerosas operaciones de venta con el fin de obtener dinero y ocultarlo para frustrar el cobro" de la deuda, y la Fiscalía acusa como cooperadores necesarios a quienes supuestamente hicieron de testaferro quedando como único titular de las empresas de la tenista, además de al jefe y al responsable de la gestoría que hizo las operaciones de estas empresas.
La Fiscalía solicita condenarles por un presunto delito de alzamiento de bienes o insolvencia punible: reclama cuatro años de cárcel y 8.640 euros de multa para Sánchez Vicario y Santacana, además de 6,1 millones en responsabilidad civil; y tres años y medio de prisión y multa de 7.560 euros para los cómplices.
El exmarido de la que fuera campeona de Roland Garros ha respondido a sus acusaciones en una entrevista a ‘El País’. “Nunca engañé ni me beneficié económicamente de Arantxa”. “No es en cierto que Arantxa sufra dificultades económicas. Es una estrategia de cara al juicio para dar pena. Vive en un apartamento de lujo junto a la bahía de Miami a 200 metros de la casa de Enrique Iglesias. E insiste en llevar a los niños a colegios privados”, cuenta Santacana al periódico. “Arantxa tiene sociedades, dinero e inmuebles. Siempre ha tenido, y continúa teniendo, su patrimonio oculto”, añade.
De acuerdo con Santacana, Sánchez Vicario “ya era insolvente” antes de casarse con él. “Ya todo estaba hecho y la mayoría de su patrimonio había desaparecido. Entré en la vida de Arantxa en el momento ideal para buscar un perfecto culpable de todos los errores que habían cometido”, dice.
“Yo nunca he conocido ni administrado su patrimonio. Todo lo llevaba su familia. Nunca engañé a Arantxa ni me beneficié económicamente de ella. Lo único que hice fue ayudarla a recopilar información para una mejor gestión de su patrimonio inmobiliario. Tenían deudas, hipotecas, en algunos casos embargos. Lo que se hizo no fue ocultar patrimonio, sino desinvertir para poder pagar las deudas”, sostiene.
“Cuando Arantxa vio que no podía pagar y pidió explicaciones a su padre y al abogado, le dijeron que tenía un patrimonio de 30 millones. Cuando le llegó la deuda estábamos recién casados. Conmigo abrió los ojos y no tuvo más remedio que enfrentarse a la familia”, apunta.