La víctima de La Manada ha reaccionado tras conocer que uno de sus violadores, Ángel Boza, ha conseguido rebajar su condena con la ley del ‘sí es sí’. "Otra vez me dejan a los pies de los caballos, no voy a poder rehacer mi vida nunca", así lo ha descrito su abogada, Teresa Hermida, quien ha sido la encargada de comunicar cómo se ha sentido tras la decisión judicial. Hermida asegura que esto es “la gota que colma el vaso” y que ya están trabajando en el recurso con el que se opondrán a la decisión judicial.
En palabras de la abogada, esta decisión supone un duro golpe para ella en este proceso en el que ella “no ve el final”. Tras ser agredida sexualmente durante los Sanfermines de 2016, la joven ha necesitado siete años de terapia, ha tenido que lidiar con el cuestionamiento social por las redes sociales y ha visto cómo sus datos personales se filtraban en Internet.
La abogada de la víctima ha declarado que ya están trabajando en el recurso con el que se opondrán ante el Tribunal Supremo. Hermida lamenta el “efecto devastador” que esta decisión ha tenido sobre ella y su familia. "No entiende que una ley que casi lleva su nombre, a pesar de que ella nunca la pidió ni abanderó, haya acabado beneficiando a uno de sus violadores. Se siente decepcionada y, lo más preocupante, otra vez revictimizada", así lo ha publicado 'Caso Abierto'.
Esta rebaja en la condena supone un duro golpe en el proceso de recuperación de la joven, quien lleva siete años en tratamiento psicológico. "Esta decisión judicial para ella es la gota que colma el vaso en un proceso al que la chica no ve el final", concluye su abogada. Y es que la presión que sufrió la joven en redes sociales la obligó a abandonar sus estudios universitarios y a marcharse tres meses al extranjero.
"Tiene la sensación de que nunca le dejarán superar lo que ha sufrido. Cuando parece que está saliendo adelante, con mucho esfuerzo, siempre llega algo que la devuelve al día de la violación y vuelta a empezar", ha explicado Hermida. La abogada recuerda “la importancia que tiene para una víctima de violación sentir que puede confiar en el sistema, en las instituciones”.
La joven ha tenido que soportar que las imágenes de su propia violación fueran difundidas e incluso que se pusieran en tela de juicio. Uno de los jueces que llevaba el caso votó que había un ambiente de “jolgorio” y La Manada contrató a un detective para confirmar que ella "llevaba una vida normal".
“Hablamos de una chica muy joven que ha sido agredida sexualmente, cuestionada e insultada públicamente por sus violadores y por algunos jueces, puesta en duda por una parte de la sociedad, acosada en redes sociales, que ha visto su nombre y hasta el centro donde estudia publicados por todas partes, que ha soportado que uno de sus agresores le escribiera una carta de perdón ficticio para tratar de obtener permisos penitenciarios...", ha subrayado Hermida.
Ahora, tan solo le queda esperar para ver si el recurso, presentado por su abogada, consigue paralizar esta decisión judicial que le recuerda todo lo que sucedió en los Sanfermines de 2016.