El asesino del Grindr se sienta en el banquillo por asestar 63 puñaladas a un hombre en una cita

La Audiencia Provincial de Madrid juzga desde este lunes al llamado asesino del Grindr, el hombre, acusado de matar a su cita asestándole 63 puñaladas. La Fiscalía pide 25 años de cárcel para Julián Ovejero, de 24 años, juzgado por matar otro hombre, con el que había quedado a través de un aplicación de ligues en febrero de 2018.

El juicio con un jurado popular se celebrará entre los próximos días 11 y 20, según han explicado a EFE fuentes jurídicas. Los miembros del jurado tendrán que determinar si el acusado, Julián Ovejero, argentino de 24 años, mató a Najuzatih Zahell, de origen puertorriqueño y 35 años en un piso del barrio de Carabanchel al que acudió tras citarse a través de la aplicación Wapo. Los dos hombres ya se conocían y habían quedado otras veces a través de otras plataformas de ligues como Grindr.

Najuzatih fue encontrado muerto un día después con 63 puñaladas, y Ovejero fue detenido en septiembre de 2021 en Argentina, su país natal, tras lo que reconoció que apuñaló a Najuzatih después de mantener relaciones y en el transcurso de una discusión en la que se volvió "loco". Fue extraditado a España por esa causa en enero de 2022 y se encuentra privado de libertad desde entonces.

La Fiscalía pide 25 años de cárcel para el acusado por un delito de asesinato y otro, de hurto, al considerar probado que Ovejero, que tenía 24 años, acudió de madrugada al piso de la víctima, que tenía 35, en el barrio de Carabanchel de Madrid, tras citarse para mantener relaciones sexuales y que lo apuñaló mortalmente de "forma repetida y consecutiva" una veintena de veces.

La dinámica del asesinato en un piso de Carabanchel donde habían quedado los dos hombres

Ovejero, después de mantener relaciones sexuales atacó a la víctima "de forma súbita y sorpresiva" "con la intención de acabar con su vida". El agresor agredió a Zahell clavándole "de forma repetida y consecutiva" hasta en 29 ocasiones un arma de doble filo, según el escrito del fiscal, que detalla que el acusado arrastró a la víctima hasta el salón y le dejó malherido tumbado boca arriba.

Pese a que la víctima se encontraba aún con vida, y "con el fin de causarle el mayor sufrimiento posible", le volvió a clavar su arma nueve veces en el cuello y otras 25 en el abdomen "para, finalmente, con la intención de desfigurarle la cara, efectuarle un corte lineal, recto y descendente de forma oblicua cruzando nariz, hemilabio superior izquierdo y mitad izquierda del mentón", detalla el escrito de acusación.

La acusación particular, que ejerce la hermana del fallecido también solicita 25 años de prisión para Ovejero y que sea obligado a participar en programas para erradicar la violencia como método de resolver conflictos y se someta a tratamiento médico con controles periódicos. También pide que indemnice con 300.000 euros a la hermana del fallecido.

Dirá que iba hasta arriba de sustancias

Julián Ovejero reconocerá en su declaración ante el tribunal que le juzga que el crimen que cometió en febrero de 2018 lo hizo bajo los efectos de las sustancias y afectado por un arrebato. La defensa del acusado solicita en su escrito de acusación la libre absolución de su cliente pero de forma subsidiaria pide que se le condene a cinco años de cárcel por un delito de homicidio con las atenuantes de enajenación mental, drogadicción y arrebato u obcecación.

En los informes previos, el fiscal Ignacio Stampa ha discrepado de la versión del procesado en base a las pruebas que se expondrán en las sesiones mientras que el abogado de la familia, el letrado Julen Martínez, ha recordado que tras el asesinato huyó del país y sostiene que no hay informes que acrediten el supuesto trastorno mental que sufre y la adicción a las drogas.

En su turno, la abogada de Julián ha expuesto que en el momento del crimen su patrocinado tenía 23 años y hacía una vida normal. "En un principio es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Pero ¿qué se le pasó por la cabeza? Él va a reconocer los hechos porque no puede con la culpa ni con la presión", ha señalado la letrada, quien ha indicado que el joven cree en la inserción.