¿Cuáles han sido los diez terremotos más destructivos en España?

Los diez terremotos de mayor intensidad y magnitud han provocado al menos 4.900 muertos en España, pese a que el riesgo sísmico del país es moderado, un dato que no debe preocupar a los ciudadanos ya que, en la actualidad, los municipios situados en zonas de mayor actividad sísmica deben contar con mapas de riesgo específicos y planes de actuación para casos de emergencia.

España, a lo largo de su historia ha sufrido numerosos terremotos, aunque no hay muchos en los que las cifras de víctimas superen las 1.000. Hay que recordar que el seísmo más destructivo en España se produjo en Almería en 1522, cuando fallecieron más de 2.500 personas, la capital quedó totalmente destruida y 80 poblaciones fueron devastadas, así como el puerto, y a este le sucedió un tsunami, considerado tan importante como el de Lisboa.

Varios siglos antes, en 1396 en Tavernes (Valencia), hubo un seísmo de intensidad IX, del que no se conoce el número de fallecidos pero según la historia quedaron fortalezas y puentes hundidos y centenares de casas fueron destruidas y se produjeron numerosos desprendimientos.

En 1428 en Queralps (Gerona), un terremoto de intensidad entre IX y XX dejó 800 víctimas e importantes daños en iglesias, castillos y daños en numerosas viviendas.

Varias décadas más tarde, en 1504 en Carmona (Sevilla), un temblor de intensidad IX dejó 100 muertos, destruyó las murallas, se hundieron las bóvedas de templos y hubo numerosos daños en casas, deslizamientos y cambio en el régimen de aguas.

Precisamente, el siglo XVI fue uno de los más destructivos en cuanto a terremotos, ya que en 1518 en Vera (Almería), otro seísmo de intensidad IX y XX destruyó toda la ciudad que tuvo que reconstruirse en otro emplazamiento. Sin embargo, no han pasado a la historia las cifras de fallecidos. Cuatro años más tarde, en 1522, fue cuando se produjo el más dañino de la historia en España, en Almería.

Un siglo más tarde, en 1680 en Málaga, un sismo de intensidad IX y magnitud estimada entre 6,8 y 7,4, provocó sólo en la capital 200 muertos y 250 heridos, además de la destrucción de la alcazaba y de 852 casas.

En Dalías (Almería), en 1804 otro movimiento telúrico se cobró entre 150 y 200 víctimas, se hundieron iglesias y torres de fortalezas y varios centenares de casas quedaron destruidas. Las réplicas de este terremoto de intensidad IX duraron siete meses.

En 1829, en Torrevieja (Alicante), otro temblor de la misma intensidad y magnitud 6,9, acabó con la vida de 399 personas y dejó otros 388 heridos. Los daños se saldaron con unas 2.900 casas destruidas y más de 2.000 dañadas, las réplicas duraron meses y hubo grietas en el suelo y cambios en el régimen de aguas.

Por último, en 1884, el día de Navidad en Arenas de Rey (Granada), otro seísmo de intensidad IX y magnitud estimada en 6,7 se saldó con 900 muertos, unos 2.000 heridos, 1.000 casas destruidas y unas 17.000 dañadas. Además, las réplicas fuertes se sucedieron durante un año y se produjeron grietas, deslizamientos, licuefacción y alteración en las aguas.

En el siglo XX, el terremoto de Sevilla ocurrido el 28 de febrero de 1969 es considerado como el de mayor magnitud de la centuria. Se trato de seísmo de 7,3 grados que provocó cuatro muertes, seis heridos leves e importantes daños materiales.