Felisa, la mujer de 73 años rescatada de su casa en Cuenca: "Perdí el conocimiento, creía que me moría"
Felisa Olmos, una mujer de 73 años, recuerda el momento en el que fue rescatada de su vivienda en Buenache de Alarcón, en Cuenca
El testimonio de un bombero testigo del caos de la DANA en Aldea del Fresno: "Aún estoy en shock"
La DANA, en directo: dos muertos en la provincia de Toledo y dos desaparecidos en Madrid
Felisa Olmos, una mujer de 73 años, tuvo que ser rescatada el sábado por agentes de la Guardia Civil después de quedar atrapada en su vivienda en Buenache de Alarcón, en Cuenca, como consecuencia de las intensas lluvias que han causado estragos en muchas regiones de España. Hoy les agradece estar viva.
La localidad conquense sufrió las inundaciones provocadas por el paso de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) en la provincia el sábado y la anciana, que ha pasado una noche en el hospital, es una de las personas que lo han perdido todo.
MÁS
Felisa se desmayó cuando su casa quedó arrasada por el agua
En declaraciones a 'Informativos Telecinco', ha recordado que fue un susto muy grande, porque el agua entró de golpe en su vivienda. Tal y como se puede apreciar en un vídeo que difundió la Guardia Civil tras el rescate, se cayeron los enseres de la vivienda y la atraparon. El agua, alcanzó el 1,80. En ese momento, dice que se desmayó.
A su casa se desplazaron cuatro patrullas de la Guardia Civil a las 18:15, una hora crítica ya que el momento más intenso de la gota fría se produjo entre las 17:45 y las 18:30 del sábado. En apenas tres cuartos de hora las tormentas causaron todos los innumerables daños de los que la localidad trata aún de recuperarse.
Los agentes le ayudaron a salir de su casa en buen estado y le transmitieron tranquilidad. Sin embargo, confiesa, ella pensaba que se moría. Hoy les agradece estar viva. Aunque, como muchos de sus vecinos, Felisa lo ha perdido todo tras el paso de la DANA por la localidad y le han tenido que prestar, dice, hasta la ropa.
La alcaldesa, Raquel Hortelano, que solicitó ayuda públicamente, tanto a voluntarios como a instituciones, pide que el municipio, con casas, locales y calles anegadas de barro, sea declarado Zona Catastrófica.
Una de estas viviendas, destrozadas, es la de Felisa, quien por ahora se encuentra en casa de su hijo.